La marca china de autos Chirey quiere recuperar volumen de ventas en el mercado mexicano, donde ha perdido hasta 66.5 por ciento de ventas este año hasta mayo que dejó de reportar sus cifras al INEGI.
Svein Azcué, vicepresidente de operaciones de Chirey Motor México, señaló que la mayor apuesta ahora es la satisfacción de clientes nuevos y responder a aquellos clientes afectados en años anteriores por falta de refacciones.
En el primer semestre del año, Chirey tenía un acumulado de ventas de 5 mil 559 unidades, descontando el mes de mayo que dejaron de reportar. Esto significó una caída del 66.5 por ciento en ventas contra el primer semestre del año pasado.
“La marca va cada vez más fuerte pero más importante sólida en atención a clientes, que es lo que yo quiero. Al mercado mexicano le gustan mucho nuestros productos, lo vimos con casi 4 mil ventas mensuales cuando la marca entró el país, entonces ¿a dónde quiero llegar? Por lo menos a donde estábamos cuando llegamos, hoy no estamos en esas 4 mil unidades”, dijo.
Chirey lanzó un nuevo vehículo de la generación súper híbrida, Tiggo 7 CSH, con el que la marca se abre paso a un mercado en crecimiento acelerado en los últimos años. “Es la primer súper híbrida familiar, viene más volumen y es pieza clave para seguir cambiando y apostarle a un súper híbrido”. dijo.
En conjunto con Omoda y Jaecoo, la marca busca dar mejor servicio a sus clientes y borrar del pasado los errores en el servicio posventa.
“El año pasado nos resbalamos con partes de colisión sobre todo, cuando un cliente choca dejamos a algunos clientes más tiempo de lo que se merecían estar en un taller de colisión. ¿Qué hicimos? Primero hacernos de refacciones, trajimos un inventario muy amplio, mandamos a la red 1.5 veces inventario para tener en distribuidores y un este concepto de asistencia corporativa”, concluyó.
Creditea, lista para ir a la escuela
Los que dicen estar listos para apoyar el regreso de 30 millones de estudiantes a las aulas, son los de Creditea —liderada en México por Gustavo Romero—. Y es que esta temporada representa un desafío económico significativo para millones de hogares. Se estima que casi la mitad de las familias no puede planificar con anticipación, generando un estrés financiero que afecta a entre el 60 por ciento y el 85 por ciento de los padres. El gasto promedio por niño que inicia la secundaria ronda los 13 mil 500 pesos, de acuerdo con cifras oficiales de INEGI; además, ese monto, se concentra en útiles (49 por ciento ) y uniformes (31 por ciento).
Ante esta realidad, donde el efectivo es el método de pago preferido y la mayoría recurre a ahorros o préstamos informales, la velocidad de acceso a recursos se vuelve crucial. Las soluciones tradicionales no siempre responden a la urgencia de gastos imprevistos o la necesidad de liquidez inmediata. Además, los hijos tienen altas expectativas de sus nuevos útiles escolares, uniformes, accesorios, sin querer quedarse atrás de sus compañeros.
Ante esta situación, Creditea levanta la mano para ofrecer liquidez a los jefes y jefas de familia para así, contribuir a facilitar un inicio de ciclo escolar sin mayores contratiempos.
Luces y frenos
La seguridad de los consumidores vuelve a colocarse en el centro de la discusión. Esta vez, la alerta proviene de la Procuraduría Federal del Consumidor y Nissan Mexicana, quienes anunciaron un llamado a revisión de 21 mil 924 vehículos Magnite 2025.
Los fallos no son menores. En seis mil 877 unidades de la versión Advance, un desperfecto eléctrico al activar las luces altas puede sobrecalentar los conectores y dejar los faros inservibles. Un riesgo que, si bien parece técnico, puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y un accidente en carretera.
La segunda advertencia involucra a 15 mil 47 autos en los que la tubería ABS podría dañarse por un roce con el protector térmico del turbo. El escenario es aún más delicado: una fuga de líquido de frenos que compromete la capacidad de detener el vehículo y, en el peor de los casos, ocasionar una colisión.
Nissan, que encabeza el mexicano Iván Espinoza, se ha comprometido a reparar ambos defectos sin costo y de manera indefinida. Aunque la medida es correcta, no deja de abrir preguntas sobre los procesos de calidad en la industria automotriz y la rapidez con la que las marcas detectan —y asumen— sus fallas.
En un país donde la seguridad vial es frágil, no se trata solo de reparar coches: se trata de recuperar la confianza de los consumidores que merecen conducir sin sentir que su vehículo es, en sí mismo, un riesgo.