Aparente calma o exceso de ella

La previsión y el análisis de escenarios es imprescindible para que las tesorerías puedan optimizar recursos

La situación actual en los mercados financieros, de aparente calma, no indica una situación de fondo sólida y duradera. Lo que hay alrededor de esa serenidad son diversos focos de atención, que pudieran ser el preludio de movimientos que pueden exacerbar y desestabilizar el entorno de negocios y economías enteras. Hay evidencias claras, el contexto global está permeado de tensiones comerciales, políticas monetarias que se están ajustando en los diversos entornos de inflación e incertidumbre geopolítica en constante fricción, por lo que en este escenario resulta clave anticipar presupuestos de cara al siguiente año.

La situación actual es de calma frágil y de riesgos latentes, particularmente para el comercio internacional, que por ahora ha servido como moneda de negociación. En nuestro caso concreto -la relación entre México y Estados Unidos-, es un hecho que la situación comercial no ha generado volatilidad a nivel mercado, pero sí un mayor flujo en inversiones y en el volumen de las divisas que se intercambian a nivel transaccional; en medio de esta situación, el peso mantiene una sólida apreciación y una resistencia que no se anticipaba, aunque hay que tener claro que este comportamiento responde a varios factores.

• La alta liquidez del peso, que también funciona como herramienta de cobertura.

• La relativa estabilidad económica y política de México, así como una moderación prudente de las negociaciones con Estados Unidos en materia comercial.

• Unas reservas internacionales sólidas y la autonomía de su banco central que garantizan estabilidad y dan confianza.

• La relativa debilidad del dólar dadas las perspectivas de política monetaria en EU, el carry-trade que aún prevalece y la incertidumbre inherente a temas geopolíticos.

En este momento de relativa calma y en un mundo tan dinámico solo hay algo de lo que podemos tener certeza total: en el tiempo que viene vendrán sucesos que generarán volatilidad de manera inesperada. Nuevas amenazas arancelarias, cambios políticos internos o internacionales, y otros factores económicos se seguirán agudizando.

No hay duda de que esta calma debe aprovecharse para preparar respuestas rápidas y eficaces. La previsión y el análisis de escenarios es imprescindible para que las tesorerías puedan optimizar recursos, gestionar riesgos y garantizar la estabilidad operativa particularmente en momentos de potencial volatilidad.

En cuanto a las perspectivas macroeconómicas, el Presupuesto 2026 presentado hace unas semanas plantea un crecimiento moderado, entre 1.5% y 2.5%, con una inflación en descenso progresivo y una apreciación gradual del peso que proyecta llegar a los 19.7 pesos por dólar. Estos supuestos son parte de las guías para diseñar presupuestos, planificar flujos y anticiparse a las posibles variaciones del mercado. La tasa de interés del Banco de México, estimada en torno al 7%, también es clave para la estructuración de financiamientos y coberturas de riesgo en divisas.

Reconociendo que en Estados Unidos el dólar se ha debilitado en una magnitud que no se veía desde 1973, cayendo más del 10%, es esencial que las empresas con exposición en dólares o que realizan operaciones internacionales comprendan estos movimientos.

En los últimos años, particularmente desde 2020, la variabilidad en los cruces de divisas se ha mantenido por encima de los promedios históricos. Lo anterior incluso en periodos de aparente estabilidad; por ello, el riesgo potencial es mayor, pues los movimientos inesperados suelen desencadenar afectaciones más abruptas. Esta dinámica incrementa la relevancia en la estrategia de quiénes comercializan con el exterior, y así evitar que se traduzca en mayores costos.

Factores en Estados Unidos como la política arancelaria, las preocupaciones inflacionarias, la Fed y los eventos geopolíticos pueden desencadenar volatilidad en cualquier momento. La adecuada gestión de estos aspectos permitirá proteger márgenes y mantener la estabilidad en las operaciones internacionales durante el 2026.

Reitero, estamos en un momento de aparente calma, pero con la certeza de que las condiciones pueden cambiar en cualquier instante. La preparación, el análisis y la gestión oportuna serán las mejores herramientas para navegar en estos mares.

Julio Escandón

Julio Escandón

Director General de Banco BASE

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