En 2018, se recibió al estado de Veracruz hundido en una crisis política, social y económica, en gran parte, como consecuencia del colapso financiero ocasionado por las últimas cuatro administraciones.
Fueron seis años de trabajo ordenado, transparente y con disciplina financiera que nos encomendó llevar a cabo el ex gobernador, Ing. Cuitláhuac García Jiménez; el cual requirió de cambios profundos para enfrentar y revertir las condiciones financieras alarmantes en las que se encontraba el Estado.
La deuda había crecido hasta ser insostenible, los ingresos propios estancados, la confianza de los mercados había caído hasta tener una calificación crediticia de B- por parte de Moody’s, lo que significa que Veracruz se encontraba a un peldaño del default.
Con inteligencia financiera y contención del gasto, se logró pasar de la crisis a la recuperación y más adelante, a la estabilidad financiera que nos permitiera tener finanzas fuertes, y así, generar mejores condiciones de bienestar y competencia.
La colaboración con la Federación también fue clave para buscar mecanismos que permitieron sanear las finanzas del Estado. De esta manera, se logró pagar más de 16 mil 800 millones de pesos al SAT, así como rescatar a la Universidad Veracruzana, pagando 3 mil 325 millones de pesos de sus adeudos históricos.
Una patente del primer gobierno de la transformación, es que se cumplió con el compromiso de eliminar el déficit financiero y de no endeudar al estado. La deuda del balance financiero pasó de 59 mil 654 millones en 2018 a 55 mil 414 millones de pesos en 2024 como resultado de no haber solicitado créditos de corto plazo al final del sexenio. Veracruz se transformó para ser un Estado referente en materia de reducción de deuda durante este periodo en todo el territorio nacional.
Otro de los objetivos planteados fue elevar la eficiencia recaudatoria, y con una política de acercamiento con el contribuyente, pasamos de 8 mil 628 millones en 2018 de ingresos propios a 17 mil 827 en 2023 y el 2024 cerró con 16 mil 014 millones de pesos.
Con disciplina financiera, se logró recuperar la confianza de la gente, pero también de los mercados. En seis años, Veracruz obtuvo 16 alzas por parte de las calificadoras HR Ratings, Fitch Ratings y Moody’s. Actualmente los tres reportes coinciden en calificación de “A-“ con perspectiva positiva, y el primer gobierno de la transformación dejó indicadores favorables al cierre de 2024, los cuales son la base del análisis para que las calificadoras otorguen un alza más a Veracruz en 2025 y obtener la calificación de “A”. Prácticamente transitamos de caer al default en 2018 a tener alta calidad crediticia este año.
En Veracruz se vive una realidad distinta con finanzas sanas y, de acuerdo con el informe del 4to trimestre de 2024 de las finanzas públicas del Estado, se dejaron recursos disponibles por más de 11 mil 738 millones de pesos, lo cual permitió enfrentar los compromisos de diciembre sin recurrir a créditos de corto plazo, así también, el balance primario muestra un superávit de 3 mil 479 millones, lo que le permite a la actual administración tener flujo para el ejercicio de 2025.
Financieramente se cuenta con bases sólidas para que Veracruz siga encaminado por la ruta del crecimiento y fortalecer las condiciones para el desarrollo, lo cual es el contrato manifiesto del segundo piso de la transformación con el pueblo.
El honor de haber servido a mi estado es también gratitud a todos quienes fuimos promotores de este cambio.