En los últimos días se han dado a conocer cifras del comportamiento de las exportaciones hasta septiembre de 2025, mostrando que el país en su conjunto ha mostrado resiliencia frente a la andanada externa. Sin embargo, cuando se analiza el impacto regional se observa que el proceso ha sido sumamente desigual, ya que ciertas regiones se han mantenido en crecimiento, en tanto otras se han visto seriamente afectadas. En medio del ajuste los estados petroleros han sido los más afectados, así como los estados del centro del país, en tanto el resto del país mantiene una fuere dinámica. Vivimos en una economía que se ajusta a diferentes velocidades y por lo mismo las percepciones y actitudes de los agentes adquieren diferentes dinámicas, analicemos.
En las entidades de la frontera norte, Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas sus exportaciones mantuvieron su dinámica con un sorprendente 31,8 por ciento, en tanto en el Bajío su expansión solo fue de 2,5 por ciento en tanto las entidades del centro de país y estados petroleros disminuyeron, especialmente los petroleros. Esto configura una desigualdad que requiere de políticas diferenciales que rescaten a las empresas exportadoras del centro del país y que el sector público defina el futuro de la industria petrolera, que en medio de la crisis ha sido la más afectada.

En el torbellino del ajuste externo de este año, observamos que las plantas de exportación del norte han logrado mantener su dinámica, lo que muestra la complementariedad que se ha logrado establecer con la economía estadounidense y que a pesar de las restricciones que se les han impuesto mantienen su dinámica. Las exportaciones metalúrgicas del norte de México se han visto afectadas por la imposición de aranceles estadounidenses y la volatilidad del mercado, lo que ha generado una caída en las ventas de acero y aluminio. A pesar de los desafíos, el sector en general muestra signos de crecimiento para 2025 por el nearshoring y el aumento de las inversiones. En 2025, Estados Unidos aplicó aranceles del 25% a las importaciones mexicanas de acero y aluminio, lo que impactó directamente la rentabilidad y el volumen de las exportaciones. Como resultado, las exportaciones de acero mexicano a Estados Unidos se redujeron un 29% en los primeros siete meses de 2025. La imposición de aranceles ha generado una fuerte afectación en las exportaciones de acero, con estimaciones que indican una caída de hasta el 75%. Las exportaciones de aluminio también se han visto afectadas por los nuevos aranceles, registrando una reducción en sus ventas a Estados Unidos. A pesar de los retos en las exportaciones, la industria metalúrgica ha mostrado dinamismo en las inversiones. En 2024 se registraron 1,800 millones de dólares en inversiones y se anticipa que el sector metalmecánico crezca un 2% en 2025.
La crisis del sector exportador en las entidades del centro de México se caracteriza por una desaceleración de la industria manufacturera, un menor crecimiento económico y los desafíos derivados de la coyuntura global y nacional. Las entidades del centro, que incluyen el Estado de México, Puebla, Querétaro, Aguascalientes y la Ciudad de México, enfrentan hoy una crisis del sector exportador que se caracteriza por una desaceleración de la industria manufacturera, un menor crecimiento económico y los desafíos derivados de la coyuntura global y nacional. Las entidades del centro se han visto particularmente afectadas.
Esta perspectiva demanda que el gobierno central establezca mesas de diálogo con las entidades más afectadas por el ajuste exportador y se analice de que forma se les pueda apoyar y no simplemente dejar que avance el ajuste por la vía del mercado. Estas entidades son las mas pobladas del país y dejarlas a su suerte, puede desembocar en la creación de áreas de turbulencia económica en los próximos meses, que puede desembocar en malestar social. Es momento de acotar el desarrollo de fuerzas de inestabilidad económica y social. El desafío de los próximos años consiste en fortalecer la capacidad de ajuste interno y externo de las regiones mediante una política industrial y regional activa. Esto implica potenciar el nearshoring, diversificar exportaciones, mejorar la infraestructura logística del sur-sureste, e impulsar mecanismos contracíclicos de inversión pública regional. Un ajuste externo ordenado y equitativo requiere, en suma, articular instrumentos de política macroeconómica con estrategias territoriales que reduzcan la vulnerabilidad estructural de las regiones rezagadas.