Empezó el cuarto trimestre de un año extremadamente difícil, en que México ha sufrido por los ajustes impulsados por la Administración Trump. Sin embargo, el país ha mostrado su resiliencia frente al embate arancelario del Norte, el cual ha afectado a ciertos sectores de manera severa como es el autotransporte de carga, al aluminio y al hiero y el acero. Sin embargo, a pesar de esta situación se ha logrado compensar este proceso, manteniendo la actividad económica en otros sectores claves, se estima que la actividad económica puede crecer estar entre 0.6% y 1%, lo cual es un crecimiento nulo en términos del crecimiento de la población de alrededor de 0.7 por ciento. Frente a esta situación es necesario reflexionar cuáles podrán ser los motores hacia el futuro y esto parece configurarse en los espacios de la economía regional.
No todas las regiones han sido afectadas tan severamente en esta crisis, existen ciertas áreas que se han logrado consolidar como bastiones de crecimiento en el norte del país, que incluye al triángulo del noreste que comprende Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas, esta región ha continuado absorbiendo inversión extranjera y parece que a pesar de las circunstancias adversas con los aranceles podrán crecer por arriba del uno porciento. El esfuerzo de planificación estatal ha dado resultados positivos que debiera analizarse con mas detenimiento ya que puede servir de referente para el resto del país y con ello consolidar una nueva forma de administrar el desarrollo regional.
Continuando con este recorrido geográfico encontramos que la península de Baja California logrará mantener su dinamismo, pero no así los estados de Sonora y Chihuahua que son entidades que apostaron al comercio internacional, pero no supieron ver el cambio de tendencias y no supieron como modernizar sus plataformas de exportación. Se requiere otorgarles apoyos para reestructurar su estructura productiva, esta región se ha visto afectada directamente por las medidas de la Administración Trump. En la región central se encuentra un caso similar con el estado de Puebla y Estado de México, en donde nuevamente no lograron percibir el cambio en las tendencias y embate arancelario las ha afectado y se espera un decrecimiento en su producto.
En el occidente del país, Jalisco logro modernizarse con industrias del conocimiento y ha logrado configurar un nuevo espacio de sociedad del conocimiento que le permitirá mantener su crecimiento, lo que debiera ser analizado a profundidad, ya que conjuntamente con el núcleo del Bajío Guanajuato y Querétaro han logrado consolidarse como prototipos de un crecimiento industrial dinámico que no está siendo tan afectado por los recambios arancelarios.
Conforme uno avanza hacia el sur el panorama es menos certero y entra en la ecuación el sector primario exportador como es el caso de Michoacán y Colima, el primero mantiene un cierto nivel de actividad basado en una industria de exportación basada en el aguacate y el puerto de Lázaro Cárdenas y Colima con su industria del limón y el puerto de Manzanillo, son núcleos de expansión a pesar del embate del norte.
En el caso de Guerrero después del huracán, se prevé que la recuperación de su economía sea fuerte y logre consolidar un fuerte crecimiento. En el sureste destaca la economía de Oaxaca que el desarrollo del tren Interoceánico le permitirá seguir creciendo por arriba del promedio nacional, con una expectativa de convertirse en un eje de desarrollo clave para la región, esperando que Chiapas se pueda ligar a esta dinámica con el desarrollo de puerto Chiapas y se convierta en un eje de transformación que logre arrastrar a la región noroeste de Guatemala.
La región que se espera un fuerte decrecimiento es la del Golfo las entidades como Veracruz, Tabasco y Campeche la expectativa es que decrezcan como producto de la crisis de la industria del petróleo en la región, sobre este particular se debería de conformar una comisión especial para atender la situación que atraviesan y que por lo pronto no se ha conformado un plan de rescate para esta región.
Finalmente se encuentran los estados de la península de Yucatán, conformado por Yucatán y Quintana Roo, en el primer caso pareciera ser que los motores del crecimiento se mantienen, sin embargo, requiere apoyarse a Quintana Roo, que atraviesa por una fuerte crisis productiva después de la terminación de la construcción del Tren Maya.
En esta perspectiva el cierre 2025 contará con muchos claroscuros regionales en donde se muestra una amplia gama de políticas que han apostado por objetivos productivos de los más diversos y que el gobierno central debiera alentar una debieran reorganización de sus aparatos productivos, aprender de los casos exitosos para retroalimentarse y lograr conformar nuevas plataformas de crecimiento acelerado.