Los conflictos internacionales, como el de Ucrania, a los mexicanos nos parecen realmente lejanos. Sin embargo, estos procesos han estado afectando el abastecimiento de las cadenas de valor de manera importante y esto se ha reflejado en desabastecimientos estratégicos de materias primas, lo que trae por consecuencia presiones en la producción y en los precios de la economía. En este caso Rusia y China son poseedores de recursos mineros estratégicos como cobalto, litio y las tierras raras, todos ellos insumos básicos para el desarrollo de productos esenciales para la transición energética, la revolución digital o el desarrollo farmacéutico.
En esta perspectiva, México requiere establecer una comisión que analice los procesos de abastecimientos estratégicos para la producción actual y aquellos que se requieran para impulsar la transición hacia energías limpias. Nuestro país carece de un centro de análisis estratégico, que realice un seguimiento de los abastos para el funcionamiento de la economía, el cual podría servir de igual forma para construir escenarios de abastecimientos para la transición energética. En la actualidad se deja a las empresas a que ellas determinen su cadena de abastecimiento, sin que exista ningún proceso de apoyo para el caso de la ruptura de alguna de estas cadenas. Un área de planeación estratégica podría apoyar acciones para garantizar abastos adecuados en todas las áreas y contribuir a evitar cuellos de botella en el abastecimiento, tanto agrícola como industrial, y con ello reducir el alza de los precios.
El diseño de una estrategia de abastecimiento oportuno requiere de un análisis estratégico en varias dimensiones. Un diálogo con el sector productivo para analizar cuáles son los productos que han tenido obstáculos para lograr un abastecimiento regular y ver de qué forma romper los cuellos de botella, a través de negociar fuentes alternativas de abastecimiento. En este caso se podría seguir la estrategia que está siguiendo la Comisión Europea que se ha propuesto reducir su elevada dependencia de Asia, de donde importa casi tres cuartas partes de 137 productos estratégicos de los que la Unión Europea ha demostrado ser altamente dependiente. Se trata sobre todo de materias primas, activos farmacéuticos y materiales clave para el despliegue de las agendas verde y digital.
En el caso mexicano, la ralentización del crecimiento en el último trimestre del año provino precisamente de la alta dependencia del sector automotor de los chips asiáticos. Varias empresas tuvieron incluso que parar su producción ante la escasez de esos materiales, debida a la gran demanda que tienen de ellos otros sectores, como los electrodomésticos. En México el aparato gubernamental se ha paralizado, no ha tomado acciones para reducir el desabastecimiento, asumiendo que son las empresas extranjeras las que deben resolver esta situación. Una respuesta más dinámica por parte del sector público hubiera sido la de establecer una mesa de diálogo con las empresas transnacionales y conjuntamente acordar un pacto con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, para diseñar una estrategia de diversificación de los abastos provenientes de Asia. La Cancillería ha guardado silencio, al igual que la subsecretaría de Comercio Exterior. Se ha dejado que la fatalidad de los abastecimientos determine los niveles de producción, no se ha aprendido a negociar en las grandes ligas.
Se requiere la reconstrucción de las cadenas globales de valor para fortalecer la producción actual y desarrollar las cadenas de valor requeridas para la transición energética para cumplir con los acuerdos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En esa perspectiva la tarea es aún más difícil, ya que requerimos construir nuevas capacidades productivas con mayor grado de complejidad, que permitan instaurar una economía sustentable y compatible con la reducción de los gases invernadero. Esto demanda de un área de planeación para la proveeduría de los materiales requeridos para construir las cadenas de valor que serán necesarias para impulsar la transformación energética de México. Con el fin de ilustrar esta colosal tarea, se muestra a continuación un cuadro que define la importancia de las materias primas para desarrollar energías alternativas.
Esta magna tarea requiere, antes que nada, evitar nuevas rupturas en las cadenas de suministros que puedan ser provocadas por factores internos, en este caso, por la mortalidad de pequeñas y medianas empresas. Para ello, México requiere movilizar inversiones adicionales para paliar los riesgos de solvencia que entraña la salida de la crisis. En este sentido se requiere que la Secretaría de Hacienda diseñe una estrategia para evitar que el aumento de la morosidad resulte en una oleada de quiebras empresariales. Poner a México de pie de nuevo demanda de un magno esfuerzo de todos los sectores, en especial del aparato estatal.
