Carlos Ruiz González

Aulas sin miedo: la urgencia de actualizar la norma antibullying

Las cifras son claras: ansiedad, depresión, suicidios y un gasto anual de más de 7 mil millones de pesos en salud mental. No se trata de un trámite legislativo, sino de un imperativo ético y estratégico para proteger a la próxima generación

“No podemos seguir tratando el bullying como un problema individual

cuando es una crisis sistémica que exige respuestas estructurales.”

— Informe La Amenaza Silenciosa

Diez años después

El pasado 23 de septiembre tuve el honor de coordinar un panel en el segundo foro nacional Aulas sin Miedo, organizado por Protocol AB. ¿El motivo? revisar y actualizar la norma BULL-LI:2015/A, emitida hace una década. Diez años que parecen un siglo, porque la realidad cambió a velocidad vertiginosa. Las redes sociales amplificaron la violencia. Lo que antes quedaba en el patio de la escuela, hoy persigue a los jóvenes hasta la intimidad de su cuarto.

La conclusión es clara: lo que en 2015 era un problema grave, en 2025 es una emergencia nacional.

Un costo humano y económico

Siete de cada diez estudiantes en México han sido víctimas o testigos de bullying. En la Ciudad de México los casos se dispararon más de 200% en cinco años. El costo es doble. Económico: el bullying y el ciberbullying eneran un gasto adicional de más de 7 mil millones de pesos anuales en salud mental (el costo de deterioro humano): transtornos de ansiedad, depresión, autolesiones, tabaquismo abandono escolar y, en los casos extremos, suicidio

Las víctimas no son las únicas heridas. Los testigos también cargan con ansiedad y culpa. La violencia deja huellas profundas en toda la comunidad escolar.

Cuatro frentes, un mismo reto

En la actualización de la norma participan cuatro comisiones, con más de cien expertos de distintos países, estas 4 comisiones son:

  • Salud Mental: tres de cada cuatro víctimas desarrollan ansiedad o depresión severa. Se necesita atención psicológica inmediata y obligatoria, además de educación socioemocional en el currículo
  • Mejora Regulatoria: solo ocho estados cuentan con leyes contra el ciberbullying. El vacío legal deja a millones de estudiantes desprotegidos. Se requieren protocolos claros y tiempos definidos, para que las denuncias no mueran en la burocracia.
  • Participación Social: la violencia trasciende la escuela. Involucra a familias, comunidades y testigos. Modelos internacionales muestran que cuando toda la comunidad participa, el bullying cae en 79%
  • Entornos Digitales: el acoso digital es permanente y anónimo. La norma debe repartir responsabilidades entre plataformas, escuelas y autoridades. Sin límites claros, la impunidad en redes seguirá creciendo.

La escuela no puede sola

Los datos son contundentes. El 60% de los docentes admite no saber cómo actuar frente al bullying. Cuarenta por ciento de las escuelas públicas carece de protocolos. Menos del 0.03% del presupuesto escolar se destina a prevención. El sistema educativo está desarmado, mientras los jóvenes pagan el precio.

¿La consecuencia? Abandono escolar en 42% de los casos graves y caída significativa en el rendimiento en casi 70% de los estudiantes acosados.

Raíces del problema

El bullying es síntoma de un ecosistema social más amplio. Violencia intrafamiliar, ausencia de límites, normalización de la agresión en medios y redes sociales. Un agresor escolar suele haber sido víctima en otro contexto: la violencia se hereda como “papa caliente”

El ciberbullying lo agrava todo. El hogar dejó de ser refugio. El anonimato desinhibe, la viralidad multiplica el daño y la permanencia digital prolonga la herida.

De la teoría a la acción

Las soluciones existen. Programas como Aulas en Paz en Colombia, KiVa en Finlandia o Be Internet Awesome en entornos digitales son referentes probados, pero no debemos olvidar que el cumplimiento de la norma y su auditoría es crucial. El reto no es inventar, sino implementar con decisión:

  • Protocolos inmediatos en cada escuela.
  • Capacitación obligatoria para docentes.
  • Educación socioemocional desde primaria.
  • Reformas legales federales sobre ciberbullying.
  • Alianzas con plataformas tecnológicas.

La inacción tiene un costo mayor que la prevención.

Ironía final

Llevamos una década hablando del problema. Lo discutimos en foros, lo plasmamos en documentos y lo analizamos en comisiones. Sin embargo, miles de niños siguen sufriendo en silencio. La verdadera ironía es que mientras seguimos debatiendo cómo combatir el bullying… el bullying no espera. Actúa todos los días.

Y, como afirmaba la Maestra Diana Servín al inicio del foro: “Este es un trabajo que no le toca solo a la escuela, ni solo a las familias. Nos toca a todos: madres, padres, docentes, autoridades, comunidad. Y el enfoque no debe ser solo castigar, sino formar, educar y prevenir”.

Aviso Importante a mis estimados lectores…

A partir de hoy, en El Financiero, escribe mi amigo mi amigo Luis GyG.Un verdadero experto en el uso eficaz de la inteligencia artificial: sabe llegar al fondo de las cuestiones, separar el ruido de lo esencial y, sobre todo, proponer soluciones realistas y útiles.

En un mundo donde abundan los gurús de moda, Luis escribe con claridad, con brújula y con foco en lo que sirve. No se lo pierdan: su mirada es de las que ayudan a entender… y a decidir.

Abran bien los ojos: hoy comienza una voz imprescindible en estas páginas.

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