“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”,
Emily Dickinson
Hace poco desayuné con uno de mis mejores amigos, un directivo brillante, íntegro, con una carrera llena de éxitos y de caídas bien enfrentadas. Un verdadero ejemplo de una vida lograda, admirable en todos los sentidos. Entre bocado y bocado, la conversación, sin planearlo, derivó en un tema incómodo: la pérdida del hábito de leer —su hijo adolescente prácticamente nunca lee—.
¿Por qué cada vez menos jóvenes leen? ¿Por qué prefieren la pantalla al papel? ¿Será culpa de los celulares, las tabletas, las series infinitas? ¿Será que hoy un libro se percibe como algo aburrido, demasiado lento para este mundo de gratificación inmediata? Mi amigo y yo coincidimos: hoy parece que abrir un libro es un esfuerzo monumental con poco “costo-beneficio”. Sin embargo, nada está más lejos de la verdad.
Hay quienes todavía leen con pasión. En la mesa recordé a un muchacho, hijo de unos amigos, que hace poco me recomendó con entusiasmo un libro enorme: Roma soy yo, la biografía novelada de Julio César. ¡752 páginas! Pero lo dijo con brillo en los ojos: “Es extraordinario”. Y ahí lo entendí: no es que los jóvenes no lean, es que muchos no han descubierto todavía el verdadero placer y el enorme beneficio de hacerlo.
¿Qué te da la lectura que no te da TikTok?
En la charla con mi amigo le pregunté qué le ha dado la lectura a tu vida. Su respuesta fue brutal y contundente: “Todo”. Así, con esa palabra. Y tenía razón.
Aquí un breve resumen de lo que hace la lectura, para quien lo dude:
• Mantiene tu cerebro más joven y activo.
• Mejora la memoria y fortalece la concentración.
• Previene enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia.
• Reduce el estrés.
• Nos hace más empáticos, porque nos obliga a ponernos en la piel de otros.
• Te ayuda a escribir y hablar mejor, con claridad y precisión.
• Amplía tu vocabulario y agudiza tu creatividad.
• Abre la mente a nuevos mundos, nuevas ideas, nuevas formas de ver la realidad.
• Siempre tendrás temas de conversación.
• Es uno de los mejores pasatiempos: barato, portátil y poderoso.
• Y también te hace más atractivo. Una persona con cultura y conversación es magnética.
En resumen: leer te hace mejor persona y mejor profesional.
¿Por qué no lo vemos?
Las pantallas nos prometen dopamina inmediata: un video tras otro, un meme, un like. Los libros exigen tiempo, silencio, atención; precisamente eso es lo que los hace valiosos. La lectura no solo entretiene: te transforma.
Un buen libro es una inversión, y como toda buena inversión, sus beneficios no son inmediatos, pero son sólidos y duraderos. ¿De verdad quieres una mente más débil, menos creativa, menos empática, menos libre?
No caigas en la trampa: nada de lo que encuentras en una pantalla compite con la profundidad de un buen libro. Y para muestra, el hijo de mis amigos.
Como comenté, ese muchacho de 21 años me dio recientemente una lección cuando me recomendó un libro. Estábamos en medio de una reunión cuando se me acercó y, en nuestra conversación, me explicó por qué le fascinó, cómo se sentía dentro de la historia, cómo había aprendido no solo sobre Julio César, sino sobre liderazgo, estrategia y ambición.
Mientras lo escuchaba, pensé: qué fortuna que alguien tan joven ya haya descubierto el valor de leer. Ese brillo en sus ojos no lo da ningún videojuego ni ningún trending topic. Solo lo da la literatura.
Leer o no leer: esa sí es la pregunta
Lo peor que puedes hacer es repetir el mantra de “no tengo tiempo”; todos tenemos tiempo para lo que realmente importa. Si puedes pasar media hora en redes sociales, puedes leer diez páginas al día, la pregunta real es: ¿quieres una vida más rica, más profunda, más interesante?
Si la respuesta es sí, el primer paso es sencillo: abre un libro. Si quieres invertir en ti mismo, deja el celular un rato y abre un libro. La lectura es una de las pocas cosas que mejoran con el tiempo: cuanto más lees, más ganas tienes de seguir leyendo, más aprendes, más creces.
Pues, como dijo Jorge Luis Borges: “Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Leer es un placer, una inversión, una necesidad y, sobre todo, es el mejor negocio que puedes hacer por ti mismo.