Carlos Ruiz González

Pasando de la zona de confort a la zona de crecimiento

Este proceso es un ciclo que invita a salir de la comodidad para lograr un crecimiento constante, enfrentando y superando el miedo a través del aprendizaje continuo.

“No puedes descubrir nuevos océanos a menos

que tengas el coraje de perder de vista la orilla",

André Gide

Jurgen Klaric, gurú del marketing y gran divulgador de neurociencias, desarrolló un esquema muy ilustrativo que explica las etapas para pasar de la zona de confort a la zona de crecimiento, una ruta muy importante para quien se propone un proceso de mejora personal. Vamos a revisar cada una de ellas en esta y las siguientes tres columnas.

  1. Zona de confort. Etapa inicial, la persona se siente segura y cómoda. Aquí se realizan actividades conocidas, sin riesgos ni desafíos. Es un lugar de estabilidad.
  2. Zona de miedo. Al salir de la zona de confort, se entra en la zona de miedo; se caracteriza por incertidumbre y ansiedad, ya que se enfrentan situaciones desconocidas que generan inseguridad. El miedo es el primer obstáculo que debe superarse para avanzar.
  3. Zona de aprendizaje. Superado el miedo, la persona entra en la zona de aprendizaje. Aquí se adquieren nuevas habilidades, conocimientos y experiencias. Es una etapa de esfuerzo y adaptación. La persona comienza a expandir sus capacidades y a entender mejor el entorno.
  4. Zona de crecimiento. Finalmente, viene la zona de crecimiento. En esta etapa, se consolidan los aprendizajes y se experimenta un desarrollo significativo. La persona se siente más segura y capaz, con mayor confianza para enfrentar nuevos retos y seguir evolucionando.

Este proceso es un ciclo que invita a salir de la comodidad para lograr un crecimiento constante, enfrentando y superando el miedo a través del aprendizaje continuo.

La zona de confort: características y riesgos de permanecer en ella

La zona de confort es ese espacio mental y emocional donde nos sentimos seguros, en control y libres de riesgos inmediatos. Es un estado en el que nuestras rutinas, hábitos y entorno son conocidos, predecibles y estables, lo que genera una sensación de tranquilidad y bienestar. Aunque ofrece seguridad, también puede limitar nuestro crecimiento.

Características de la zona de confort

•Rutinas predecibles: las actividades diarias se repiten de manera constante, sin sorpresas ni desafíos significativos.

•Baja incertidumbre y riesgo: se evita lo desconocido, minimizando la exposición a situaciones que puedan generar ansiedad o estrés.

•Sensación de control: se tiene la impresión de dominar el entorno y las circunstancias, lo que reduce la ansiedad.

•Estabilidad emocional: al evitar cambios, se mantiene un equilibrio emocional que puede ser cómodo, pero estático.

•Falta de estímulos nuevos: la ausencia de retos o aprendizajes nuevos puede generar monotonía y falta de motivación.

•Resistencia al cambio: se desarrolla una preferencia por mantener el statu quo, incluso cuando este no es óptimo.

Riesgos y peligros de permanecer en la zona de confort

•Estancamiento personal y profesional: sin nuevos desafíos, el desarrollo de habilidades y competencias se detiene, limitando el potencial de crecimiento.

•Pérdida de oportunidades: el miedo a salir de lo conocido puede impedir aprovechar oportunidades que podrían mejorar la vida o la carrera.

•Reducción de la resiliencia: al no enfrentar adversidades o situaciones nuevas, la capacidad para adaptarse a cambios futuros se debilita.

•Insatisfacción y aburrimiento: la monotonía puede generar sensación de vacío, falta de propósito y desmotivación.

•Riesgo de obsolescencia: en un mundo que cambia rápidamente, mantenerse en la zona de confort puede hacer que las habilidades y conocimientos queden desactualizados.

•Miedo creciente al cambio: cuanto más tiempo se permanece en la zona de confort, más difícil y aterrador puede parecer salir de ella.

Algunos ejemplos que ayudan salir de la zona de confort:

  • Aceptar invitaciones y nuevas actividades sociales.
  • Cambiar rutinas diarias.
  • Inscribirse en cursos o talleres.
  • Enfrentar retos que generan incomodidad.
  • Innovar en la vida cotidiana.

Una Reflexión Final

Para avanzar y evolucionar, es fundamental reconocer que el primer paso hacia el cambio es vencer el miedo a abandonar lo cómodo, la seguridad del statu quo. Salir de la zona de confort implica enfrentar la incertidumbre y el riesgo, y abre la puerta a nuevas experiencias, aprendizajes y logros que enriquecen nuestra vida. Aceptar este desafío es un acto de valentía que nos permite crecer y liberar nuestro potencial.

“La zona de confort es el gran enemigo de la creatividad”,

Dan Stevens.

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