Carlos Ruiz González

Cómo practicar el estoicismo en la vida diaria

En una época dominada por la inmediatez, la distracción y la sobrecarga emocional, el estoicismo representa una brújula clara para vivir con propósito y equilibrio.

“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho”

Séneca

“La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”

Marco Aurelio

A finales del siglo XX, la rama filosófica del estoicismo se puso de moda e incluso llegó a libros más recientes que tratan el tema, como el título de 2017, Cómo ser un estoico: Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna, de Massimo Pigliucci.

Esta antigua filosofía griega enseña a vivir con sabiduría, virtud y serenidad, enfocándose en lo que está bajo nuestro control y aceptando con ecuanimidad lo que no lo está. En una época dominada por la inmediatez, la distracción y la sobrecarga emocional, el estoicismo representa una brújula clara para vivir con propósito y equilibrio.

Con un vaivén diario de expectativas inmediatas e incertidumbre, decisiones difíciles y constante presión por resultados, el estoicismo emerge como una filosofía práctica y poderosa. Es un enfoque que va más allá de una simple curiosidad académica, es una herramienta de liderazgo, de resiliencia y de claridad mental.

Entonces, ¿cómo debemos de incorporar el estoicismo a la vida diaria? A continuación algunas ideas:

1. Acepta las cosas como son. En el mundo de la empresa, no todo está bajo tu control: los mercados cambian, los clientes deciden, los imprevistos ocurren. El estoicismo te invita a aceptar estas realidades con serenidad y a centrar tu energía en lo que sí puedes influir.

2. Enfócate en tu mentalidad. Cultiva una perspectiva racional y equilibrada. El pensamiento estoico no busca eliminar las emociones, sino comprenderlas para que no dominen tus reacciones. En contextos de alta presión, mantener la calma y el juicio claro puede marcar la diferencia entre una crisis y una oportunidad.

3. Practica la autodisciplina. Este es el pilar del carácter. Significa alinear tus acciones con tus principios incluso cuando es incómodo o impopular. Para quien dirige, esto se traduce en liderazgo con integridad, gestión eficiente del tiempo y toma de decisiones coherentes con tus objetivos estratégicos.

4. Mantén la gratitud. La gratitud no es solo una emoción noble, es una herramienta de enfoque. Apreciar lo que tienes te centra en el presente y te protege de la constante insatisfacción que drena la energía y distorsiona la visión.

5. Fomenta la empatía y la compasión. En la dirección de personas, la empatía es una habilidad esencial. Tratar a los demás con respeto, reconocer su humanidad y motivaciones, mejora la colaboración, la comunicación y el clima organizacional.

6. Practica la atención plena. Ser estoico es también ser consciente. Observa tus pensamientos, tus emociones y las señales del entorno con claridad. Esta atención plena te permite responder estratégicamente, en lugar de reaccionar impulsivamente, tanto en conversaciones críticas como en decisiones de alto impacto.

7. Vive en armonía con la naturaleza. La naturaleza no solo es el medio ambiente, sino también el orden de las cosas. Actuar de acuerdo con tu naturaleza como ser racional, social y ético te da propósito y dirección. El liderazgo estoico está en sintonía con principios universales: justicia, sabiduría, templanza y coraje.

8. Acepta la impermanencia. Todo cambia. Los ciclos económicos, las tendencias del mercado, incluso nuestras propias capacidades. Aceptar la transitoriedad de la vida profesional permite adaptarte con sabiduría.

9. Practica la autorreflexión. Dedica tiempo a examinar tus decisiones, tus reacciones y tus motivaciones. Esta práctica, esencial en el estoicismo, te permite mejorar continuamente y te convierte en un líder consciente.

10. Abraza la incomodidad. El crecimiento personal y profesional rara vez ocurre en la zona de confort. Los estoicos buscan voluntariamente la incomodidad moderada como una forma de entrenamiento para la vida. Un líder que se desafía regularmente está más preparado para afrontar lo inesperado.

Más que una filosofía antigua encerrada en libros polvorientos, el estoicismo es una brújula práctica para quienes dirigen, deciden y crean. En un mundo donde el control absoluto es imposible, el estoicismo te propone como liderarte a ti mismo con claridad, virtud y propósito.

El estoicismo –afirma la maestra Diana Servín– nos invita a reconocer que ciertas circunstancias escapan a nuestro control. “Al aceptar esta realidad, liberamos nuestra energía para concentrarla en aquello que sí podemos transformar”.

Como diría Epicteto: “No son las cosas las que nos perturban, sino nuestras opiniones sobre ellas”. La sabiduría del estoicismo te ayuda a transformar esas opiniones en una fuente de fuerza y liderazgo duradero.

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