Carlos Ruiz Gonzalez

Para gestionar, evaluar y mejorar el desempeño

Al proporcionar retroalimentación, establecer objetivos claros y oportunidades de desarrollo, las organizaciones pueden asegurarse que colaboradores y compañía estén alineados.

“Contrata el carácter. Entrena la habilidad”.

Peter Schutz

La gestión y evaluación de desempeño es esencial para cualquier empresa. Sabemos que la estrategia contiene tres elementos fundamentales: los objetivos a lograr, el plan de acción para realizarlos y los recursos o capacidades para llevarlos a cabo. No basta con enunciar, definir o dar a conocer los objetivos, estos deben ser siempre medibles. Aquí es crucial la evaluación de desempeño.

No debe ser un simple chequeo para saber si el colaborador cumplió o no, tiene que ser el momento de ver qué hace falta para lograr los objetivos y qué capacidades o recursos adicionales se requieren. La evaluación ayudará a “conducir” a la empresa a alcanzar sus logros, obteniendo en el camino los recursos y las capacidades.

Se trata de un proceso imprescindible en cualquier organización para medir y mejorar el rendimiento de sus colaboradores, de los equipos y de la empresa en general. Esto implica una serie de actividades y herramientas diseñadas para evaluar el desempeño, además de proporcionar retroalimentación y reafirmar metas y objetivos claros, brindando también oportunidades para el desarrollo profesional.

En una columna anterior (EF/25/junio/2021) Para una ejecución eficaz (Smart), recomendamos manejar adecuadamente la definición de los objetivos usando el acrónimo SMART: S, específico; M, medible; A, alcanzable; R, realista; T, tiempo, aunque habría que añadir otra R, para destacar la responsabilidad.

Los pasos clave en la gestión y evaluación del desempeño son:

1. Establecer expectativas y objetivos. El proceso comienza con la definición de los objetivos y expectativas realistas para cada colaborador y equipo. Estos objetivos deben estar alineados con los estratégicos de la organización. Las metas deben de ser específicas y alcanzables para medirlas en términos de progreso y logros. Las metas claras permiten actuar con “enfoque” teniendo siempre claro hacia dónde nos dirigimos y lo que intentamos lograr.

2. Recopilar datos. Pueden utilizarse diversas fuentes para recopilar datos sobre el desempeño de los colaboradores, como la autoevaluación, evaluaciones de compañeros de trabajo, supervisores, clientes y métricas de rendimiento.

3. Evaluación del desempeño. Es la evaluación formal y puede incluir reuniones individuales entre colaboradores y líderes para revisar el progreso, analizar logros y desafíos, y brindar retroalimentación.

4. Retroalimentación. La retroalimentación es esencial para crecer, desarrollarse y adquirir capacidades. Hay que proporcionar comentarios constructivos para que los colaboradores comprendan cómo pueden mejorar su desempeño.

5. Identificar necesidades de capacitación y desarrollo. El proceso de evaluación nos permite identificar áreas donde los colaboradores requieran capacitación y desarrollo adicional para mejorar su desempeño.

6. Establecer planes de mejora. Con base en la evaluación y la retroalimentación se deben establecer planes de mejora (planes de acción) individualizados para ayudar a los colaboradores a cerrar brechas de habilidades y mejorar su desempeño.

7. Reconocimiento y recompensas. Es muy importante reconocer y recompensar el buen desempeño. Hay muchas maneras de hacerlo, ya sea a través de elogios, bonificaciones, oportunidades de desarrollo o promociones.

8. Aprender de los errores. Esto es parte del proceso de mejora.

9. Seguimiento y revisión. La gestión del desempeño no es un proceso único ni aislado, debe ser continuo. Hay que realizar un seguimiento periódico del progreso y revisar regularmente los objetivos y planes de mejora.

•Motivación de los colaboradores. Proporcionar incentivos mejora el rendimiento e impulsa el alcance de las metas establecidas.

•Identificación de talentos y habilidades. Ayuda a identificar el potencial de los colaboradores para asignar adecuadamente las actividades.

•Desarrollo profesional. Ayuda a la mejora continua y el desarrollo de habilidades del colaborador.

•Toma de decisiones objetivas. Permite otorgar promociones, aumentos salariales y desarrollo de carrera basados en datos objetivos.

•Mejora de la comunicación. Fomenta la comunicación abierta y efectiva entre colaboradores y líderes.

La gestión y evaluación del desempeño es una herramienta poderosa para mejorar el rendimiento de los colaboradores y el éxito de la empresa. Al proporcionar retroalimentación, establecer objetivos claros y brindar oportunidades de desarrollo, las organizaciones pueden asegurarse de que sus colaboradores estén alineados con los objetivos de la compañía y sean así más eficaces en sus roles.

* El autor es profesor Decano del Área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en IPADE.

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