“Soy una persona amable, soy amable con todos, pero si no eres amable conmigo, entonces la amabilidad no es por lo que me recordarás.
Al Capone (1999-1947)
Hace 75 años, en enero de 1947, falleció el legendario Al Capone, quizás el gánster más conocido del siglo XX. Su personaje ha aparecido en numerosas películas y series de televisión. Capone nació en Brooklyn, Nueva York, en 1899; fue expulsado de la escuela a los 14 años por golpear a una maestra, se hizo recadero de un famoso gánster de Nueva York —que le enseñó los ‘gajes del oficio’— y para 1920, a los 21 años, se trasladó a Chicago, donde poco a poco se volvió en el gánster número uno.
Aprovechando oportunidades
Cuando entró en vigor la prohibición de la producción, distribución, venta y consumo de bebidas alcohólicas (la ‘Ley Seca’), se le presentó una enorme oportunidad. Estados Unidos estaba entrando en una profunda recesión, cientos de miles de jóvenes que habían combatido en la Primera Guerra Mundial no tenían trabajo y sabían utilizar armas de fuego, Capone llegó a controlar entre 700 y mil pistoleros y su fortuna alcanzó los 100 millones de dólares (actualmente equivaldrían a unos mil 400 millones). Antes de cumplir 30 años ya estaba en la lista de los “más buscados” del FBI. Muy eficaz en sus empresas; aunque era un criminal.
Sus negocios incluían: cervecerías, destilerías, tabernas clandestinas, almacenes, flotas de barcos, camiones, cabarets, casas de juego clandestinas, hipódromos, canódromos, casas de mala nota, control de sindicatos y hasta asociaciones comerciales e industriales.
Al Capone era generoso con los pobres, mostrando en la prensa una cara de hombre preocupado por los desprotegidos, consideraba que la mayor parte de la opinión pública estaba en contra de la Ley Seca. (Afirmaba: “Todo lo que hice fue satisfacer una demanda que era bastante popular”) Además, cuando estalló la Gran Depresión (1929), Capone creó un comedor de beneficencia que distribuía entre los desempleados sopa gratuita y leche entre los niños en las escuelas.
Finalmente, el FBI logró encarcelarlo, pero no por sus negocios ilícitos, lo enjuiciaron por no presentar declaraciones de impuestos y fue condenado a 11 años de prisión, primero en una prisión federal, posteriormente en la famosa y temida prisión de Alcatraz, en la bahía de San Francisco. Tal como muestra la película Los Intocables de Brian de Palma, en su juicio ya había sobornado al jurado, el juez cambió a la totalidad del jurado al final del juicio y fue condenado.
Eficaz, eficiente, ¿es posible ser eficaz y ético a la vez?
Les cuento una anécdota. Hace tiempo asistí a un congreso acerca de ética y negocios, uno de los principales speakers era un importante financiero que había estado en la cárcel por un fraude millonario; su conferencia inició, si mal no recuerdo, así: “Un momento muy difícil fue despedirme de mis hijos que estaban pequeños, no les dije que iba a cumplir mi condena en la cárcel, sino que me iba de viaje. Llegué, me registraron y me asignaron una celda. Mi compañero de celda era un negro, comencé a platicar con él; amable, le pregunté por qué estaba en prisión, me dijo que no había concluido High School y se había metido al mundo de las drogas, era vendedor ‘de esquina’. Poco a poco fue ascendiendo hasta que le asignaron una cuadra, luego otra, al final todo un barrio, y ahí lo arrestaron. Me comentó que estaba ganando unos 10 mil dólares semanales. ‘Muy buen dinero’, aseguró. Luego me preguntó a mi lo mismo, le dije que estudié y obtuve un MBA en Wharton, fui el primero en mi familia que hizo una maestría, empecé a trabajar en finanzas, hice un fraude y me descubrieron… ‘¿De cuánto fue el fraude?’, me preguntó. Le contesté: 45 millones de dólares. ‘Debí haber seguido estudiando’, me respondió mi compañero”.
¿Cuál es el mensaje? Si no actuamos éticamente, perfeccionarnos en los negocios nos potenciará para hacer más eficazmente, cosas indebidas (no éticas). Actúa éticamente quien hace el bien y evita el mal; a veces es difícil hacer compatibles ambos comportamientos, ese es el reto actual de quien dirige.
Ser o no ser eficaz; ser o no ser ético
Ese es el dilema, la sociedad pide ahora a las empresas no solo que sean eficaces (de hecho, si no lo fueran, no sobrevivirían), les pide también que sean muy éticas, evitando el mal y procurando el bien, ese es el gran reto de los directores de hoy, compaginar ética y eficacia en beneficio de todos los involucrados, de toda la sociedad.
Al Capone fue muy exitoso (eficaz) en lo que hacía, pero era un criminal (no actuaba éticamente). El director actual ¿Puede compaginar ambos objetivos, ser éficaz y ético, simultáneamente?
* Profesor del Área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).