Benito Solis

El desarrollo de México solo se logrará con un mayor crecimiento

Es claro ver el deterioro de la infraestructura física en el país al constatar el bajo mantenimiento de calles y carreteras, de las escuelas, de los servicios de salud y de seguridad pública.

“El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero…de los demás”. Margaret Thatcher

Es común escuchar que la economía no solo debe de crecer, sino que lo importante es lograr el desarrollo del país, lo que supone que debe reducirse la pobreza, mejorar la distribución del ingreso de la sociedad, incrementar la creación de empleos formales y bien remunerados, mejorar la salud y la educación de los habitantes, crear mejores condiciones de convivencia en las ciudades y muchos otros objetivos más.

Por lo mismo, cada vez es más común escuchar que no basta tener el crecimiento económico, sino que se deben de priorizar los demás objetivos y abandonar la meta de elevar la producción nacional, que significa incrementar el ingreso nacional. Todos los objetivos anteriores son loables y debe de buscarse su obtención, pero no tiene sentido pensar que se contraponen al crecimiento económico.

Para obtener el desarrollo del país es indispensable contar con suficientes recursos, los cuales los gobiernos pueden canalizar de la mejor manera para elevar el bienestar de la sociedad. Esto lo pueden realizar por medio de otorgar incentivos para que la sociedad dirija sus recursos para determinados fines o por medio de la obtención de mayores impuestos, para ser utilizados en sectores y actividades que logren elevar el ingreso de las personas. Cuando no se tiene crecimiento los gobiernos reducen su gasto en sectores que elevarían el bienestar de la sociedad, como sucede en México en este momento. Para poder pagar los diversos programas sociales que ha puesto en marcha el gobierno, así como pagar los aumentos de salarios se ha castigado la inversión en México.

Es claro ver el deterioro de la infraestructura física en el país al constatar el bajo mantenimiento de calles y carreteras, de las escuelas, de los servicios de salud y de seguridad pública. Esto es resultado del comportamiento de la Inversión Fija Bruta anual, la cual en abril tuvo una caída del 7.7% con cifras desestacionalizadas, destacando en este concepto el dato de construcción no residencial de -11.8%, de inversión en maquinaria y equipo de –9.1% y en equipo nacional de transporte de -14.3. Sorprende la magnitud de estos ajustes en un momento en que no se tiene una crisis económica ni financiera.

Al separar la inversión realizada por el sector privado se registró una contracción del -11.9% en el mes de abril, mientras que la realizada por el sector público fue de -17.8% Por otro lado se identifica que el número de empresas registradas en el IMSS también tuvo una reducción.

En los pasados años el gobierno ha creado diversos programas sociales para apoyar a los jóvenes que “ni trabajan ni estudian”, para el programa de Adulto Mayor, de Empleo Temporal, Prospera, Programa Sembrando Vida, etc. Sin saber si algunos son muy útiles y otros no logran sus objetivos, todos tienen costo en mayor gasto público, que alguien tiene que cubrir, ya sea por medio de impuestos o por un endeudamiento público, que lo tendrán que pagar las próximas generaciones.

Sin embargo, no se identifican programas de apoyo a la creación de nuevas empresas y mejoramiento en el funcionamiento de las ya existentes, quienes son las que podrían apoyar al ingreso público. Sin embargo, los gastos sociales siguen creciendo, devorando el ingreso público. Por ejemplo, el gasto en pensiones ya representa la cuarta parte del gasto programable del gobierno federal en la actualidad y seguirá aumentando en los siguientes meses y años. Esto no es sostenible y es inevitable una crisis financiera en el futuro de no cambiar la estrategia actual del gobierno.

COLUMNAS ANTERIORES

Sigue creciendo el problema de la deuda pública
Preocupantes señales de desaceleración de la economía

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.