Benito Solis

Lecciones de Suiza para Latinoamérica y México

En nuestros países los presidentes tienden a considerarse soberanos absolutos, modificando leyes e incluso las constituciones.

Ginebra, Suiza.- En esta pequeña ciudad europea de 200 mil habitantes se tuvieron las negociaciones comerciales entre los Estados Unidos y China en días pasados, lo que ha reducido las tensiones provocadas por la “guerra arancelaria” entre ambas naciones, al acordarse menores porcentajes de los impuestos a las importaciones.

No sorprende que en este lugar hubieran ocurrido estas reuniones, ya que aquí es la sede de múltiples organismos e instituciones internacionales, como son las Naciones Unidos, sede para Europa (ONUG), la Organización Internacional de la Salud (OMS), la Comisión para los Refugiados, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Internacional del Comercio (CCI), el Comité Internacional de la Cruz Roja, el Comité Olímpico Internacional y muchos más. Aquí estaba la sede de la Sociedad o Liga de las Naciones, antecesora de las Naciones Unidas. Se estima que esta ciudad es sede de 36 organizaciones internacionales, más de 700 organizaciones no gubernamentales y 179 misiones diplomáticas.

Entre las razones por las que se instalan aquí tantos organismos es la política de neutralidad que sigue el gobierno de Suiza y el respeto de la población a las distintas opiniones y a las leyes. Hay que enfatizar que esta pequeña nación de menos de diez millones de habitantes está integrada por tres grandes grupos sociales, que son la alemana, la francesa y la italiana, cada una con su propio idioma, que son oficiales para todo el país, con sus costumbres, dialectos y tradiciones, así como dos religiones, que son la católica y la protestante.

Me sorprende que a pesar de tener uno de los ingresos más elevados del mundo, con un ingreso per cápita de 100 mil dólares al año por persona (mientras que en México es cercano a los 12 mil dólares anuales) los habitantes no consideran su país como rico. Como un maestro de escuela me decía, Suiza es pobre porque no tiene recursos naturales, minerales o energéticos, posee poca superficie para sembrar y muchas montañas, no tiene costas con acceso a los océanos para realizar comercio internacional y su población es reducida. Por lo mismo dependen de la educación de calidad para mantener su elevado nivel de vida, a la cual se le da una gran importancia.

Otras características que lo hacen atractivo es que mantiene equilibrios o superávits fiscales de manera consistente, es decir no tiene déficits fiscales ni deuda pública relevante, lo que le permite tener una moneda estable, así como bajas tasas de interés. Por ejemplo, la tasa de las hipotecas subió en la actualidad al 1.4 por ciento al año y el franco suizo tiende a apreciarse. Esto es diferente de la mayoría de los países latinoamericanos, donde sus gobiernos tienen con frecuencia elevados desequilibrios fiscales.

Es relevante también que no tiene una persona responsable del Poder Ejecutivo, sino es un Consejo Federal compuesto por siete miembros que son electos por la Asamblea, para periodos de cuatro años; que representan a sus ministerios y a sus partidos políticos. Entre ellos escogen a un presidente por un año y sus decisiones son colegiadas. En cambio, en nuestros países los presidentes tienden a considerarse soberanos absolutos, modificando leyes e incluso las constituciones, lo que crea gran incertidumbre dificultando la toma de decisiones personales y empresariales.

Otra característica relevante del sistema suizo es la posibilidad de que la ciudadanía puede exigir la realización de un referéndum para rechazar una ley o decreto aprobada por la Asamblea Federal, si en plazo menor a 90 días algún ciudadano obtiene al menos 50,000 firmas rechazando la disposición legal. Por ejemplo, destaca que en diciembre de 1992 se rechazó la integración económica a Europa o posteriormente el establecimiento de un salario mínimo en el país. En cambio, en nuestros países, una vez que el Congreso aprueba una ley, se aplica a toda la población, aunque una mayoría esté en desacuerdo con la misma. Mucho podemos aprender de esta nación para lograr el bienestar de nuestras poblaciones.

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