Anderson Report

El guiño a Trump de un México más proteccionista

Por primera vez en décadas, el gobierno impondrá aranceles a las importaciones. Esta medida no solo es un mensaje al mercado interno sino, sobre todo a EU.

Uno de los primeros grandes mensajes hacia la Casa Blanca antes de sentarse a revisar/renegociar el T-MEC es el anuncio de este martes de la imposición de aranceles que aplicará México a productos importados de países con los que no tenemos acuerdos comerciales.

Es una gran idea que seguramente impulsaron desde la Secretaría de Economía, que permitirá sin dudas comprar buena voluntad y llegar a la negociación del tratado con un estandarte nuevo, con una postura decisiva frente al déficit que tenemos fundamentalmente con China.

La medida implica sectores sensibles tanto para los empresarios nacionales como para nuestros principales socios internacionales (como EU): automotriz, textil, vestido, plástico, siderúrgico, electrodoméstico, aluminio, juguetes, muebles, calzado, marroquinería, papel y cartón, motocicletas, remolques y vidrio.

Habrá en un primer momento un encarecimiento de los productos que llegan de nuestros principales proveedores (chinos, coreanos, vietnamitas) pero el gobierno espera que sea un respiro para fabricantes nacionales que comienzan a sumarse a las filas del plan de la SE “Hecho en México”. Si bien la presidenta afirmó que “la iniciativa tiene el propósito de de brindar certidumbre y condiciones de mercado justas a los sectores de la industria nacional que enfrentan situaciones de vulnerabilidad” y “fomentar el desarrollo de la industria nacional y apoyar el mercado interno”, lo cierto es que es una enorme señal positiva enviada sin estridencias ni alharacas al equipo que se encargará de revisar con lupa los pendientes para mantener con vida el TLC. Tampoco fue, como en muchos casos a nivel global, una carrera contra Estados Unidos de aranceles cruzados en medio de su impronta proteccionista. Fue una jugada mucho más honesta, poco reactiva y esperemos también efectiva.

Con esta decisión México se enfoca principalmente a mantener las exportaciones con Estados Unidos, garantizando producción local y no (como decían) ser el patio trasero de China para que use la manufactura nacional para invadir el mercado gringo.

Y por último y no por ello menos importante, tener una nueva fuente de ingresos genuinos para las arcas nacionales. Hasta ayer, los cálculos preliminares por ingresos derivados de los nuevos aranceles sumaban 70 mil mdp para 2026.

Ayer, el secretario de Economía decía claramente que “aranceles sí, sí es un instrumento. De hecho, ya lo pusimos en práctica con textiles. Se aplicó un arancel del 35%. Y ahora va a haber aranceles a otros sectores en donde vemos que está creciendo mucho el déficit de México”. Y el país con el que más crecimos nuestro déficit fue China.

Y es el país con el que Estados Unidos tiene una guerra comercial frontal.

Este nuevo proteccionismo mexicano es sin dudas una herramienta de negociación que esperemos que nuestro principal socio comercial sepa valorar (y aprovechar).

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