El costo de la austeridad en Pemex no solo está pasando factura en áreas como la contratación de proveedores, tal cual le mostraba en la entrega pasada de esta columna; los recortes de gastos y la menor disponibilidad de recursos está llegando también a lugares estratégicos como PMI Comercio Internacional, uno de los brazos más importantes de la estatal.
En este contexto, mucho hay que contar de la salida de Margarita Pérez, quien el 11 de septiembre renunció como directora de PMI Comercio Internacional, tras un fuerte encontronazo con Víctor Rodríguez Padilla, director general de Pemex.
¿El motivo? La repentina invasión de funcionarios de la Secretaría de Hacienda en la filial de Pemex que se encarga de que sea abastecido el déficit de combustibles que enfrenta el país. Pérez Miranda tomó las riendas de PMI en octubre del año pasado, con la nueva administración, y fue colocada ahí por su amplia experiencia de más de 30 años en esta área estratégica de Pemex.
Los acomodos en PMI, propios de la transición, causaron la salida de alrededor de 30 trabajadores de medio y alto nivel, un cuarto de toda la empresa. Ante la falta de manos para operar, la solución vino desde Hacienda, que lleva Edgar Amador, cubriendo las vacantes con propia gente de la dependencia, con nula experiencia en transacciones de este tipo, y con intereses más fiscales y políticos en la filial.
Esto terminó por colmar la paciencia de Margarita Pérez, quien decidió renunciar después de una acalorada discusión con su jefe, Víctor Rodríguez Padilla, quien le anunciaba que no era posible contratar a los perfiles que Pérez necesitaba, y que en breve llegarían más soldados de Amador Zamora.
El tema es de suma importancia, verá, PMI es el brazo comercial de la petrolera nacional. Es una empresa “satélite” de Pemex que se encarga, nada más ni nada menos, de hacer todas las compras y ventas de la petrolera a nivel internacional. Es decir, ellos tienen bajo su responsabilidad, entre otras cosas, comprar toda la gasolina que importa Pemex, más de la mitad de la que distribuye, así como el gas natural, LP, diésel, etcétera. Si opera mal, puede que la gasolina cueste más, o simplemente no llegue.
El personal de PMI se cuece aparte, no son sindicalizados y tienen una experiencia financiera en commodities. Si usted tiene oportunidad de entrar a sus oficinas en el piso 20 de la Torre de Pemex, seguro notará la diferencia con el resto de la estructura.
Al carecer de experiencia en estas negociaciones tan delicadas con operadores, o traders, Pemex corre el riesgo de estar comprando más caros los productos que importa, principalmente las gasolinas y el diésel. Por ejemplo, explica una fuente, en un deal donde el margen de ganancia del trader es de 5 a 6 centavos por galón, un avispado trader de Texas le puede clavar el colmillo a PMI con una comisión de hasta 10 centavos o más.
En el puesto de Margarita quedó Adán Enrique García Ramos, quien también llegó de la poderosa Secretaría de Hacienda. Al tiempo leeremos sus resultados.