En primera fila

Innovación tecnológica, el principal escudo de Israel

Por segundo año, Israel, junto con Estados Unidos y Canadá, fueron los países mejor calificados como destinos de inversión en la Encuesta Global de Confianza del Capital de Riesgo de Deloitte.

Nadie se pelea con el dinero, reza el dicho popular. Y en el caso de Israel es cierto. A pesar de las acusaciones internacionales por su estrategia de defensa ante la nación que el grupo terrorista Hamás tiene secuestrada en la Franja de Gaza, los inversionistas en el mundo no paran de llegar a tierra elegida (pero no quiero ponerme teológico).

Los resultados hablan por sí solos. Por segundo año, Israel, junto con Estados Unidos y Canadá, fueron los países mejor calificados como destinos de inversión en la Encuesta Global de Confianza del Capital de Riesgo de Deloitte, con una nota de 3.90, superado solo por el 4.20 de la Unión Americana.

¿Y cómo pelearse con su clima de negocios? Aquí unos datos sobre Israel.

Cuenta con uno de los PIB per cápita más grandes del mundo, con un nivel de 58 mil 300 dólares en 2023, ubicándose en el número 13, por encima de países como Alemania, Francia y Reino Unido, e invierte el cinco por ciento de su PIB en investigación y desarrollo, colocándose en la punta de la lista a nivel mundial, lo que la ha llevado a generar más de 9 mil 500 empresas emergentes y de tecnología, de acuerdo con Startup Nation Finder.

Estos números se sustentan con un total de 18 oficinas de transferencia de tecnología, mil 164 empresas activas en fondos de capital, 23 incubadoras activas, 125 aceleradoras, 435 centros de innovación en investigación y desarrollo y 10 universidades públicas. Todo ello en un territorio de casi 10 millones de habitantes, lo que los coloca como el número uno a nivel mundial en número de empresas emergentes per cápita, el número dos en inversiones en capital de riesgo per cápita, el uno en inversiones en investigación y desarrollo, y el número uno en vínculos de innovación, y el segundo con mayor número de empresas en el índice bursátil Nasdaq, el cielo financiero de la tecnología.

Tiene casi 80 unicornios (startups con un valor de más de mil millones de dólares) en diferentes áreas como consumo, infraestructura, fintech, consumo, aplicaciones cibernéticas, entre otras.

Al parecer la guerra, que comenzó el 7 de octubre de 2023 con el asesinato y secuestro de más de mil 200 isrelías por parte de Hamás, no ha sido un impedimento para que el desarrollo tecnológico continúe siendo uno de los principales motores económicos en Israel. Reitero: Nadie se pelea con el dinero. Apenas en el primer trimestre de este año, se llevaron a cabo 34 fusiones y adquisiciones de empresas israelíes, con un valor de más de 35 mil 400 mil millones de dólares, impulsada por la compra de WIZ por parte de Google.

La financiación privada al sector tecnológico superó los 3 mil 200 millones de dólares en el primer cuarto de este año, su mayor nivel desde el segundo trimestre de 2024, cuando superó los 4 mil 400 millones de dólares, por cierto, con el conflicto armado en su punto más alto.

Israel ha dejado lejos ya esa etapa de una nación que busca abrirse paso en investigación y desarrollo, como lo fue en la década de 1970, pues pasó a consolidarse como una nación de startups entre 1998 y 2016, para hoy entrar de lleno en una etapa de escalamiento.

En el éxito de la nación elegida por Dios (no puedo dejar de ser teológico) todos están involucrados, pero la mayor parte nace del Ejército. Son célebres por sus inventos e innovaciones como por ejemplo, la “cámara píldora”, una cápsula endoscópica con la que se puede ver el interior del organismo, y que originalmente se inventó para ser colocada en la punta de un misil.

De acuerdo con una presentación del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel en una visita que medios de comunicación mexicanos hicimos a Jerusalén, precisaron que el rol del gobierno es claro: bajar el riesgo para los inversionistas y elevar las oportunidades para hacer inversiones.

¿Resultados? Mientras en Latinoamérica los principales retos que enfrentamos las naciones son acceso al agua, contaminación, seguridad alimentaria, inflación, entre otras amenazas; Israel enfrenta la necesidad de una mayor infraestructura para movilidad urbana, acercar mayor educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) a las minorías, y también bajarle un poco al costo de vida. En fin, a pesar del discurso antisionista, la realidad de una nación en constante desarrollo, se impone.

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