Las controversias comerciales con Estados Unidos no son nuevas. Desde hace 20 años que comencé el ejercicio periodístico en medios especializados en comercio, se hablaba entre los expertos de la necesidad de diversificar las exportaciones del país con la finalidad de no depender del mercado de Estados Unidos.
De igual manera, por parte de los gobiernos en turno, hemos sido testigos de diversas iniciativas que tienen como finalidad fortalecer la producción de empresas mexicanas con el objetivo de que importen menos.
Ahí, la tarea se ha mantenido pendiente. La realidad es que la dinámica exportadora y la vocación manufacturera que México ha adquirido al paso de las décadas tienen sumido al país en un ritmo del que difícilmente se pueda separar, para dar paso a una política nacional que fomente la producción y el consumo nacional de productos finales.
Como muestra unos datos. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en las últimas dos décadas el valor agregado por México a la producción de exportaciones manufactureras se ha estancado, aportando solo el 40.2 por ciento del valor de las exportaciones en 2003, aumentando a tan solo un 40.4 por ciento en 2022.
En este contexto, el programa Hecho en México que promueve el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, a través del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, tiene varios retos frente a sí, siendo el más importante avanzar en el desarrollo de dicha política nacional con pasos firmes y no solo buenas intenciones.
Será necesario algo más que concentrar una lista de 58 empresarios y directivos de múltiples sectores que promueven el programa, para avanzar en la meta de elevar el contenido nacional de las exportaciones. No por nada, el Hecho en México ha sido un reto sexenal que sigue en la lista de pendientes.
En un contexto en el que la autosuficiencia en los sectores económicos más importantes, así como fortalecer el mercado interno, son necesarios ante la incertidumbre del comercio y las relaciones globales -no se diga con una guerra de aranceles en puerta-, la mejor estrategia económica es enfocarnos hacia adentro.
Ahí, el Hecho en México que ejecuta Ebrard es oportuno, y ante el contexto geopolítico, es altamente necesario, casi imprescindible; sin embargo, existe un gran rezago que requiere más que voluntad política para materializarlo y establecer una política industrial orientada en este sentido. Al mantra del gobierno de “primero los pobres”, habría que agregar que “primero los mexicanos”.
Lo que faltaba, más controversias
Esta semana, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias (CIADI) del Banco Mundial publicó en su página de Internet el inicio de un procedimiento de arbitraje en contra de México por parte de un inversionista de origen checo. Esta disputa se origina por la incapacidad del gobierno de Durango, a cargo de Esteban Villegas, para dar seguridad jurídica a un proyecto de cianuro de sodio en La Laguna. Este nuevo caso se suma a los 27 que hay contra México en el CIADI desde 2019.
Al pie de página
El problema de Morena, que dirige Luisa María Alcalde, es que está creciendo como la mancha voraz, aquella película de 1958, donde en su afán por expandirse a cualquier costo, la masa viscosa alienígena, se alimenta de cualquier ser vivo que toca. Así el partido en el poder, crece sin control, “aquí cabemos todos”, dicen. Absorbe lo que sea, de donde venga, sin importar lo que hayan hecho, ni cómo piensen.