Antonio Cuellar

Gasto público frente a los retos del Mundial FIFA 2026

La pobreza o elegancia con que México reciba a los visitantes extranjeros que acudan al mundial del 2026 demostrará el grave desorden conforme al cual la administración pública ha llevado a cabo su gestión financiera.

La primera plana de este mismo periódico publicada el día de ayer, nos alertó sobre el ajuste al gasto público que el gobierno deberá emprender con la finalidad de evitar la catástrofe que significa la degradación de la calificación crediticia del país. Los virajes que deberán efectuarse por la Secretaría de Hacienda para corregir los excesos electorales de Morena llegan, sin lugar a dudas, en el peor momento en que pudieran haberse previsto.

Justo el viernes de la semana pasada, a las 7:00 de la mañana ya sonaban los violines y las trompetas de una banda de mariachis, citada en el aeropuerto de Filadelfia, que despedía con honores el primer vuelo operado por Aeroméxico y Delta, que unirá a esa capital de la independencia estadounidense y a la Ciudad de México. Lamentablemente, la delegación norteamericana que atestiguó el evento e inauguró el vuelo no tuvo un recibimiento oficial equiparable.

El lanzamiento de la ruta, según hemos entendido, tiene mucho que ver con los preparativos que realiza la ciudad de Filadelfia con miras a hospedar un partido de fútbol muy simbólico del mundial de Norteamérica del 2026: el 4 de julio del año entrante, fecha en el que se conmemorará el 250 aniversario de la fundación misma de los Estados Unidos de América tras su independencia, será Filadelfia misma la que reciba como anfitriona a dos de los equipos que participen en el primero de los juegos que conformen los octavos de final de este evento mundial que cada cuatro años organiza la FIFA.

Desde un punto de vista geopolítico, la organización multinacional del mundial del año que viene constituye una oportunidad de oro para que México buscara un acercamiento más profundo con sus dos socios del norte. Es una ocasión irrepetible para coordinar agendas nacionales alrededor de la justa futbolística, como también de un universo de áreas de interés nacional que orbitan alrededor de ella. La turística y cultural, desde luego, pero la de seguridad, la de acercamiento comercial y la de medio ambiente no pueden desprenderse.

México tendrá un papel relevante en el evento, al haber sido elegido como sede para la inauguración de la copa el 11 de junio próximo. Eso debería llevar a nuestro país a planear mejor que en las otras dos ocasiones que ha tenido la fortuna de ser anfitrión del evento, en los grandes avances del desarrollo nacional que quieren mostrarse al mundo. El Estadio Azteca, que para el mundial será llamado el Estadio Azteca Ciudad de México, y después de este el Estadio Banorte, ya se prepara para mostrar una cara moderna y revigorizada después de 60 años de su inauguración el 29 de mayo de 1966. Faltará ahora revisar y entender ¿qué acciones y obras relevantes emprenderá la administración federal y las de las ciudades anfitrionas del país para recibir las cámaras de televisión del mundo entero?

No cabe la menor duda que, frente a las muestras de entusiasmo y poder económico que Estados Unidos y Canadá ofrecerán al mundo entero, la convocatoria a una banda de mariachis será una muestra muy pobre de lo que México, centro global de recibimiento de la relocalización industrial global (nearshoring), debería dar.

El reajuste del gasto público se anota como una necesidad inoportuna frente a los grandes retos de comunicación social de México frente al mundo. Japón pudo soportar la cancelación de unas olimpiadas en el 2020 por el orgullo nacional y la gran disciplina y honestidad con la que ese pueblo determina su gasto y su desarrollo. La pobreza o elegancia con que México reciba a los visitantes extranjeros que acudan al mundial del 2026 demostrará el aseo o el grave desorden conforme al cual la administración pública ha llevado a cabo su gestión financiera.

Eventos olímpicos y copas mundiales de futbol constituyen grandes lastres para la economía de países “aspiracionistas”, o grandes plataformas para el lanzamiento de la marca país de las que se benefician países desarrollados, ordenados y consolidados.

Ante los retos que representa la organización y realización del Mundial de Futbol del 2026, tendremos la oportunidad para evaluar si la planeación del gasto público a lo largo del sexenio pasado y el presente ha sido o no la más adecuada. En la comparativa de las imágenes y desarrollo de los Estadios, monumentos y urbes de la región, valoraremos el orgullo o la pena que signifique mostrar al mundo entero nuestro Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y el circuito del sudeste que transita (o dicen que transita) el Tren Maya.

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