Recientemente, la Secretaría de Salud dio a conocer un par de listas terroríficas. Se trata de los 30 nacimientos registrados en México con las madres más jóvenes y las edades de los padres. Lo indignante es saber que estas madres tienen entre 10 y 12 años y los padres de sus hijos e hijas les llevan en promedio más de 30 años. Destaca el caso de una niña de 12 años que tuvo un hijo con un hombre de 65 años, lo cual sucedió en El Oro, Estado de México.
¿Qué significa esto? Que en México hay una total desprotección a la infancia y adolescencia y que el reflejo de ello son estos abusos en contra de las más vulnerables. Los estados de la República mexicana con mayor número de casos son Guerrero y Chiapas.
Por otro lado, también se difundieron los 30 nacimientos con la mayor diferencia de edad entre los padres, sobresaliendo el caso de una mujer de 22 años y su cónyuge de 97 años. El caso fue registrado en Acuña, Coahuila.
En este listado, la diferencia de edad es cerca de 60 años entre la madre y el padre, lo cual también exhibe una cruel desigualdad que puede derivar en tratos inadecuados para las mujeres y sus hijos e hijas. Los estados con mayor número de casos fueron Guerrero y Puebla.
Sin duda, es lamentable esta información, ya que las uniones sexuales a temprana edad atentan contra los derechos más elementales de las niñas. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés): “A nivel mundial, en 2023, se estima que el 13% de las adolescentes y mujeres jóvenes dan a luz antes de los 18 años. La maternidad precoz, o el embarazo y el parto durante la adolescencia, puede afectar negativamente el desarrollo saludable de las niñas hacia la edad adulta y tener repercusiones negativas en su educación, sustento y salud”.
De igual modo, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, México ocupa el primer lugar de embarazos adolescentes en mujeres de 15 a 19 años.
La situación en nuestro país es grave, de ahí la urgencia por detener este tipo de violencia en contra de las niñas y adolescentes. Es inadmisible que estas mexicanas, quienes deberían vivir en un entorno mucho más adecuado, disfrutar de un desarrollo óptimo y ser respetadas, sean víctimas de atropellos de toda índole, empezando por el abuso sexual.
En Early Institute hacemos un llamado a la visibilización de lo que está ocurriendo en torno a los embarazos precoces y atender iniciativas en las que se privilegie la salud y las necesidades de las niñas y adolescentes. Es necesario poner un alto a las prácticas que demuestran claramente violaciones a los derechos de este grupo social y emprender acciones legales contra los responsables de los delitos.
Las listas dadas a conocer por la Secretaría de Salud son más que cifras. Son niñas, adolescentes y mujeres que están maternando en condiciones críticas y sus hijos e hijas, naciendo y creciendo en un ambiente totalmente adverso.