Directora del Think Tank Early Institute.

Obesidad: un foco rojo en la infancia mexicana

México figura como un país con altos índices en obesidad infantil, según organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.

En el marco de la estrategia nacional Vive saludable, vive feliz, que busca “contribuir a garantizar el bienestar y la salud de las niñas y los niños de las escuelas del país, mediante acciones orientadas a la promoción de hábitos saludables”, en mayo de 2025 se dieron a conocer los primeros resultados recabados en escuelas públicas. Las evidencias no son nada alentadoras, ya que, según el secretario de Salud, David Kershenobich, “39 por ciento de las y los niños evaluados en escuelas públicas presentan condiciones de sobrepeso y obesidad, mientras que el 38 por ciento presenta debilidad visual”. De igual modo, se detectó que el 59% de los menores tiene caries.

Sin duda, son cifras alarmantes, pues se está hablando de niñas y niños que tienen una alimentación y atención bucal deficientes, situación que en gran medida se asocia al consumo de azúcar.

En palabras del secretario de Salud: “evitar el consumo excesivo de azúcar desde edades tempranas contribuye significativamente a reducir el desarrollo de enfermedades como obesidad, sobrepeso, diabetes y caries dental”, de ahí que controlar su ingesta sería una forma de prevenir este tipo de padecimientos.

Desde hace unos años, México figura como un país con altos índices en obesidad infantil, según organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud. Lamentablemente, el problema no ha podido ser resuelto. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2023: “el sobrepeso y la obesidad continúan fluctuando en más de un tercio de la población de escolares y adolescentes, con variaciones entre categorías del estado de nutrición, por sexo y por tipo de localidad […] El consumo de bebidas endulzadas es de especial preocupación, pues cerca del 80 y 90% de los preescolares y escolares las consumen. Está ampliamente documentado que el consumo elevado de estas bebidas desde la infancia se asocia con un mayor riesgo para el desarrollo de sobrepeso y obesidad en la edad escolar, así como enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 en la edad adulta”.

Si bien se han emprendido esfuerzos para alentar una mejor alimentación y reducir el consumo de azúcar (como la estrategia nacional referida), todavía falta mucho por hacer en el cambio de estilos de vida.

Para el secretario de Salud, también la publicidad fomenta la adquisición excesiva de productos ultraprocesados, lo cual “genera alteraciones en la microbiota intestinal que incrementa el deseo de ingerir más azúcar”.

En este punto, es fundamental hablar de las acciones que podrían desarrollarse para prevenir estos padecimientos. Así, es necesario impulsar constantemente el consumo de frutas, verduras y adoptar una alimentación balanceada; promover la actividad física; informar sobre los riesgos del consumo de productos altamente azucarados y procesados; y crear conciencia sobre la importancia de la salud desde los primeros años de vida.

En Early Institute, el único think tank en México enfocado en la primera infancia, reconocemos las iniciativas gubernamentales para erradicar fenómenos tan graves como la obesidad infantil y confirmamos que la prevención es una de las prácticas más efectivas para evitar peores escenarios. La problemática alimenticia en la niñez requiere alianzas y voluntad para combatirla; de lo contrario, las medidas implementadas no se concretarán en resultados y el sistema de salud no podrá atender los conflictos derivados.

COLUMNAS ANTERIORES

Exhortamos a proteger a la infancia con un sistema judicial íntegro
La infancia debe ser prioridad en el nuevo sistema judicial

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.