No hay dedazo, no hay tapado y habrá piso parejo, según el presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Pero cómo hacer campaña cuando no pueden decir públicamente para el puesto real que aspiran? Aspiran a ser “Defensor de la Cuarta Transformación”, no buscan ser candidatos a la presidencia. No podrán dar entrevistas a medios y periodistas a “reaccionarios, conservadores, adversarios de la cuarta transformación y partidarios del viejo”.
No habrá debates entre las seis corcholatas. Es importante repetir este punto: No habrá debates. Los gobernadores de Morena y funcionarios no podrán expresar públicamente apoyo ni proporcionar recursos para su “candidato o candidata” favorita.
En el documento “Recorrido de los Aspirantes”, donde se plasman las reglas del juego para la selección del candidato de la presidencia de López Obrador, perdón, de Morena, establece que “están prohibidos los recursos públicos, empresariales o de actividades presumiblemente ilícitas”.
¿¡Qué!? ¿Entonces podrán recibir “aportaciones” voluntarias en sobres amarillos de la “militancia”? ¿Todo sale de los bolsillos de los “suspirantes” morenistas? ¿Cómo pagar el acarreo? ¿Las camisetas, gorras y banderas? ¿Bardas pintadas y espectaculares? ¿Gasolina? ¿Hospedajes? Aclaró el dirigente de Morena, Mario Delgado, que las corcholatas pueden buscar “apoyos de sus simpatizantes”, reconociendo las dificultades legales de que el partido los apoye.
“Que el pueblo decida, que haya piso parejo”, dijo el presidente. El presidente cree que el propósito de este proceso es unificar al partido alrededor de un candidato o candidata.
El problema es que este proceso dividirá, no será parejo, y seguramente la corcholata favorecida violará legislación electoral y posiblemente penal por el lavado de activos, recibir fondos y apoyos del crimen organizado. Porque con las reglas de “piso parejo” de López Obrador no tendrán opción las corcholatas que voltear los ojos e ignorar de dónde proviene el cash para sus campañas.
Y es que en todos los procesos electorales en países democráticos una de las prioridades es cómo se financiarán las campañas, asegurando piso parejo, que los poderosos o los corruptos no tengan la capacidad de “comprarse” su presidente o que el crimen organizado controle al Ejecutivo. Y hay diferentes modelos de cómo se pueden financiar las campañas, ya sea mediante donaciones de simpatizantes o recursos que provengan del gobierno.
Pero en ambos modelos, el aspecto más fundamental, es que se establezcan límites y que se transparente de dónde provienen todos, todos, los fondos. Y el hecho de que el presidente esté dispuesto a violar la legislación electoral en la selección de los candidatos y la financiación de las campañas es una terrible señal de que podría suceder en el 2024.
Tal vez el presidente López Obrador está tan acostumbrado a manejar cash y a no tener que explicar cómo se fondearon él y su familia en los últimos 15 años, que no entiende el “jaque mate” que pondrá a sus suspirantes. En lugar de proteger a sus corcholatas, los pondrá en el camino de ser criminales electorales, posiblemente coconspiradoras con el crimen organizado. En lugar de pedir que transparenten sus recursos personales y asegurar que han pagado impuestos en los últimos 20 años, el dirigente de Morena sugiere que busque apoyo de sus seguidores… Apoyo en cash obviamente, así exponiendo a las corcholatas, sus familias, a sus seguidores a ser motivo de chantajes y presiones. ¿A poco creen que el dinero aportado no estará respaldado de videos o audios? ¿No le preocupa al presidente que el futuro presidente de México sea rehén del crimen organizado o de algún gobierno extranjero?
Y es que, este “piso parejo” que promueve el presidente y Morena no aclara cómo hacer campaña sin violar la ley electoral o penal. No pueden debatir, deberán evitar medios de comunicación antagónicos, no tendrán apoyo de Morena o funcionarios afines, no habrá debates y tienen prohibido enfrentarse entre las corcholatas.
¿Y cómo podrán las corcholatas impactar la opinión pública en la famosa encuesta del 6 de septiembre que definirá el individuo que será el “protector de la cuarta transformación” y eventual candidato de Morena y muy probable presidente de México?
Las únicas opciones actuales son una guerra catastrófica por las redes sociales, una cargada ilegal por funcionarios de Morena, apoyos del crimen organizado. O simplemente el dedazo del presidente Andrés Manuel López Obrador, confirmando que todo el proceso fue una simulación burda y peligrosa, donde el presidente o presidenta electa no tendrá ni credibilidad ni fortaleza para dirigir al país porque el proceso fue fallido e ilegal.