Tras la tragedia que dejó 66 muertos y 75 desaparecidos, ocasionada por las torrenciales lluvias que azotaron cinco entidades del país, se evidenció la ineptitud de los gobernadores de Veracruz, Rocío Nahle; de Puebla, Alejandro Armenta; de Hidalgo, Julio Menchaca; de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo; y en menor medida, Mauricio Kuri, de Querétaro.
Cayó como ‘ramalazo’ en el Congreso de la Unión la nueva Ley de Amparo y el incremento de impuestos, que impacta directamente en la inflación y castiga a todos los mexicanos, especialmente a los sectores más desprotegidos.
Además, debido al déficit fiscal del gobierno federal por la insuficiencia de ingresos propios, la presidenta Claudia Sheinbaum tendrá que endeudar al país a niveles inéditos.
Vaya cierre de año, con puras malas noticias y con la inseguridad pública al tope. A tal nivel que en la capital de todos los mexicanos asesinaron a plena luz del día y en la zona de tribunales al abogado David Cohen; esto fue un claro mensaje amenazante para las autoridades de la CDMX.
Este ataque fue perpetrado por criminales que tienen el mismo modus operandi que los sicarios que ajusticiaron a los dos colaboradores más cercanos de Clara Brugada.
No solo han sido los embates de la naturaleza, sino también el rezago que en materia de protección civil prevalece en todos los estados. Tan solo hay que recordar el flamazo mortal de la pipa en Iztapalapa. Este hecho puso en evidencia a las autoridades rebasadas ante el crecimiento exponencial demográfico en medio de la anarquía.
Para todo se requiere presupuesto, pero este es escaso. Por lo tanto, se tienen que buscar ingresos por la vía tributaria y a través de empréstitos que cobran intereses muy caros.
A tal nivel que el próximo año nuestro país tendrá que pagar 1.7 billones de pesos de puros intereses. Esto representa el 10 por ciento de los 10.7 billones de pesos que espera obtener la SHCP para el próximo año.
Son más de 26 aumentos de impuestos y derechos en 2026 para diversos productos y servicios que van desde las bebidas endulcorantes, cigarros, videojuegos violentos, apuestas y sorteos, sueros orales, hasta la entrada a museos y zonas arqueológicas, al tiempo que el SAT afila sus dientes para tener más ingresos por auditorías, pero no crea que son para pagarle mejor a su personal, sino para fondear el gasto público que en buena medida se ha ido en el huachicoleo fiscal (600 mil millones de pesos) y en apoyar a la hermana República de Cuba con petróleo y otros insumos (3 mil millones de dólares).
A todo esto hay que incorporar el hecho de la amenaza que representa la carga de más aranceles a productos mexicanos exportados a Estados Unidos y el riesgo de que el T-MEC sea bilateral y no trilateral como ocurre ahora con Canadá y la Unión Americana.
Uno de los principales motores que podría revertir los desalentadores números macroeconómicos que tiene México, como un crecimiento del PIB de 0.9 %, una deuda creciente y caída del empleo formal, entre otros tantos indicadores, es precisamente la llegada de inversiones foráneas.
Sin embargo, estas se han retirado ante la fragilidad del Estado de derecho y la pérdida de autonomía e independencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Poder Judicial. Eso sin considerar que el juicio de amparo ya no protegerá a los ciudadanos y empresas, sino al mismo Estado.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, dirá misa al afirmar que las recientes reformas a la Ley de Amparo y la elección de jueces no afectan la inversión extranjera.
Pero en términos reales, tan solo hay que observar que la IED registró una caída de 21% en el primer trimestre de 2025 comparado con el mismo periodo de 2024.
Esta disminución se debe principalmente a la incertidumbre generada por la política comercial y arancelaria y por la vulnerabilidad del Estado de derecho.
Faltan un poco más de dos meses para que termine este año que ha resultado para el olvido. Sin embargo, el que se avecina será peor, por la precaria viabilidad de las finanzas públicas y la visión izquierdista populista de gobernar para mantener el poder y no para resolver las necesidades más apremiantes de la población.