Desde que llegó AMLO al poder no había ocurrido una implosión tan grave para su proyecto político como la que ocurre ahora con los casos del huachicoleo fiscal, Hernán Bermúdez, La Barredora y todo el entramado de corrupción que diseñó y operó Adán Augusto López y cuya figura representa la mayor amenaza para la continuidad de la 4T.
Vaya problema que tiene que resolver la presidenta Claudia Sheinbaum. Por un lado, está convencida de permitir que la Fiscalía General de la República (FGR) de Alejandro Gertz Manero proceda contra el exgobernador de Tabasco conforme a las vastas pruebas que tiene en su contra. Aunque, por otro lado, sabe que el asunto puede salpicar a su mentor y sus hijos. Entonces sí, en menudo lío se estaría metiendo.
El discurso presidencial se mueve en sentido contrario al deseo de despedir al líder de los senadores de Morena. Es decir, en las mañaneras la mandataria no se ha cansado de defenderlo, pero existen diversos elementos que apuntan que ya tiene sus días contados Adán Augusto como miembro prominente del oficialismo.
Este personaje le estorba a la presidenta para mantener la divisa de honestidad de la que presume todo el tiempo. Sin embargo, ante el Cártel de Tabasco, que se construyó al amparo del excandidato presidencial del morenismo, no puede presumir de impoluta mientras no se castigue a los criminales.
La difusión por parte de Televisa (uno de los medios más afines a los cuatroteros) de los ingresos extraordinarios de 79 millones de pesos que tuvo Adán Augusto en 2023 y 2024, responde a una filtración del oficialismo para golpearlo y sacarlo del primer círculo de poder.
En el fondo subyace la aberración que tiene la titular del Poder Ejecutivo federal contra Adán Augusto y su equipo de incondicionales como la senadora Andrea Chávez, quien sin ningún prurito arrancó su campaña política con mucha anticipación y con vastos recursos de origen dudoso para agandallarse la candidatura de Morena a la gubernatura de Chihuahua, cosa que de ninguna manera va a permitir la doctora Sheinbaum.
En la conferencia de prensa de López Hernández, en donde trató de justificar sus ingresos extraordinarios, él solito se empinó al reconocer que evadió el pago total de los impuestos respectivos, amén de aceptar que varios proveedores del gobierno le hicieron las transferencias por 79 millones de pesos.
Está visto que, con Adán Augusto López, no aplica la máxima de que el poder político debe estar lo más alejado del poder económico y todavía más distante de los negocios turbios y la connivencia con los criminales, pero en el caso de este personaje, todo confluye en su persona.
Ya es insostenible mantenerlo protegido y brindarle ese manto de impunidad e inmunidad porque se corre el riesgo de ser cómplice de sus delitos, además, claro está, de dañar a la 4T rumbo a las elecciones intermedias del 2027 y, por supuesto, de la próxima elección presidencial del 2030.
Es un cáncer que ya hizo metástasis en el laboratorio y cada día que pasa se sigue agudizando la enfermedad.
Ante este complicado escenario, la presidenta optó por cortar por lo sano. Por ello, no dude, estimado lector, que se observará en los próximos días, primero, el relevo como coordinador de los senadores de Morena. Luego, la judicialización de su caso con todas las implicaciones penales que ello represente.
Toda la maquinaria criminal diseñada en torno al huachicoleo fiscal y la creación de La Barredora han causado un daño patrimonial sin precedentes para las finanzas públicas. Además, ambos casos han provocado muertes entre la población civil, en la Marina y entre diversos simpatizantes y colaboradores de la 4T. Varias aristas se tocan y confluyen en la persona de Adán Augusto López Hernández.
La espada de Damocles se le acerca y, no obstante ello, mantiene sus muecas burlonas, aunque ahora son nerviosas, además de atreverse a amenazar a los que causan el fuego amigo, ya que, dice él, tiene muy claro el origen del golpeteo.
Estamos viendo un enfrentamiento directo entre la presidenta y Adán Augusto López, y en medio está Andrés Manuel López Obrador tratando de proteger a su “hermano”.
Veremos en el futuro quién se impuso en esta trama criminal y política; sin embargo, al momento diremos que el único perdedor de todo este caso es la 4T y sus principales representantes.
En medio de toda esta pestilencia y corrupción que emana del grupo en el poder, Donald Trump y las agencias de investigación e inteligencia de ese país observan atentamente.
Su objetivo es seguir presionando para alcanzar sus metas, relacionadas con preservar su seguridad interior y obtener herramientas para doblegar a la presidenta en diversas negociaciones actuales y futuras, como la del T-MEC.