Desde San Lázaro

Gran fiesta por la nueva Corte

La nueva Suprema Corte estará alineada a los designios de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, y por eso es un día de fiesta, porque se terminaron los días de la anterior Corte.

El próximo 1 de septiembre tomarán posesión los juzgadores que resultaron electos en los comicios más fraudulentos de la historia, en donde la música de los acordeones los acompañará hasta el final de la duración de sus cargos.

Será la Mesa Directiva del Senado quien tome la protesta a las 881 personas que integrarán parte del Poder Judicial de la Federación. Entre los que destacan los nueve próximos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De estos, tres repetirán en el cargo y los otros seis llegan por el dedo flamígero de López Obrador.

Acuerpados por la mayoría de los consejeros del INE y por magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Mónica Soto y los dos Felipes), la nueva Corte estará alineada plenamente a los designios de la presidenta de la República y por eso es un día de fiesta, porque se terminaron los días de la anterior Corte comandada por Norma Piña, quien rechazó tajantemente las presiones del Ejecutivo para alinear sus resoluciones al gusto de AMLO, lo que significó la gestación del odio tabasqueño y por ello se encaprichó para desplazar a todos los jueces con la reforma judicial.

Alrededor de las 20:00 horas del 1 de septiembre se tomará protesta a las y los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial, de la Sala Superior y Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, así como a juezas y jueces federales.

Todo ello en la Cámara alta y se espera la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum para festejar con todos la instauración de una autocracia que captura a todos los poderes de la República en una sola persona.

Tanto poder concentrado para mantener el poder por varios lustros, merced a la joya de la corona del totalitarismo que será la reforma electoral que se avecina y con la que cierran todas las puertas a la oposición para alcanzar la alternancia en el poder.

Las y los próximos ministros de la Corte tienen una responsabilidad muy grande, no solo por la falta de legitimidad en el proceso electoral que los encumbró a esas posiciones, sino que en el día a día se observará qué tanto el Estado de derecho prevalecerá en México.

La línea de trabajo del ministro presidente, Hugo Aguilar, será la limitante de tener más margen que lo que la ley establece, pero con un acento social.

En momentos en que Nicolás Maduro tiene los días contados como presidente de Venezuela por constituir un narcogobierno que ha pretendido atentar contra la seguridad interior de Estados Unidos, en México avanza el régimen de la 4T alineado precisamente con esas dictaduras de la región, como es el caso de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Brasil, entre otras.

No han faltado voces de prominentes miembros del oficialismo para defender al dictador venezolano, aunque lo hacen más por temor que por convicción propia, toda vez que se apegan al dicho popular de que “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.

En tanto se concreta la extracción de Maduro por el ejército norteamericano y la mayoría de los venezolanos, aquí celebrarán la existencia de un máximo tribunal que no tocará a la señora presidenta ni con el pétalo de una rosa; al contrario, cerrarán filas ante los embates de los partidos políticos de oposición y diversos grupos de la sociedad civil que buscarán cobijo ante los abusos del poder.

Precisamente con la reforma electoral que se avecina, se pisotearán los derechos de las minorías por tener voz y voto en el Congreso mediante los plurinominales. Además, las prerrogativas se verán reducidas de manera significativa para todas las franquicias políticas. Aunque para la oposición será un golpe de muerte.

“Nos tardamos tanto tiempo en llegar al poder y ahora que lo tenemos no habrá fuerza divina o poder humano que nos obligue a entregarlo a los opositores”, advirtió Pablo Gómez, flamante coordinador presidencial del equipo de la reforma electoral que está integrado por una buena parte de resentidos sociales.

Así que si tiene tiempo y ganas, estimado lector, de sumarse a la fiesta de la 4T, es tiempo, otra vez, de sacar los acordeones y las serpentinas. Para festejar que tendremos a una Suprema Corte, la más democrática del mundo, aunque en conocimientos, experiencia e imparcialidad quede mucho a deber.

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