Desde San Lázaro

Adán, la manzana de la discordia

Adán Augusto se siente intocable a tal nivel que se puede dar el lujo de injuriar a Javier May, así como lo hizo con Ricardo Monreal. También puede retar a golpes en plena sesión a varios senadores de oposición.

Los problemas en el Edén no solo son causados por la inseguridad pública, sino también porque tres de sus hijos pródigos están en problemas por razones diferentes, pero que tienen un común denominador: pertenecen a la 4T. Uno es el mismo Andrés Manuel López Obrador, otro, Adán Augusto López y el tercero, Javier May.

Vayamos al pleito a “muerte” que se trae el pastor del ganado oficialista en la Cámara de Senadores contra el gobernador de Tabasco. Este desencuentro viene de varios años atrás y tuvo una de sus páginas más álgidas en el momento que AMLO decidió que May fuera el candidato de Morena y aliados a la gubernatura del estado. Este hecho irritó sobremanera a Adán Augusto, a tal nivel que rompió relaciones con el gober incómodo y enfrió la relación con López Obrador.

Para limar asperezas, López Obrador fortaleció a su “hermano” en la Segob y luego lo convenció con falsas expectativas, para convertirse en una corcholata presidencial con reales posibilidades de ganar.

De inmediato, el entonces secretario de Gobernación saltó de su bajo perfil a encumbrarse en la palestra de los “próceres de la patria”. Hizo una inversión multimillonaria en espectaculares y en encuestas, en todo el país, que dejó boquiabiertos a propios y extraños. El costo de esa publicidad fue superior a los 50 millones de pesos. Esto fue para disputar la candidatura a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard.

El resultado final es de todos conocido, al colocar a López Hernández como líder del Senado de la bancada morenista (luego del berrinche del carnal Marcelo) y aprovechar esta posición para recomponer su proyecto político personal rumbo al 2030, otra vez alentado por el mesías.

Desde febrero de este año, se giró una orden de aprehensión contra el exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, hombre de confianza de Adán Augusto, por delitos de delincuencia organizada. Por ello, se dio a la fuga y ahora está prófugo en algún país del mundo. Lleva un equipaje muy pesado porque se le acusa de tener vínculos con el grupo criminal La Barredora, ligado al CJNG.

Adán, siendo gobernador de Tabasco, ya tenía como uno de sus hombres más cercanos a Requena. Luego, cuando salió para integrarse al gabinete de AMLO, lo mantuvo en la Secretaría de Seguridad Estatal. Por “extrañas coincidencias”, se desbordó la violencia y los índices delictivos en la entidad como nunca antes.

Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que la inseguridad por la que atraviesa Tabasco se debe a la mano de estos dos sujetos que, aprovechándose de sus cargos, construyeron una estructura criminal.

El jefe del Ejecutivo estatal, Javier May, no solo tiene información privilegiada de la orden de aprehensión contra Bermúdez. También tiene la venia de la presidenta Sheinbaum para irse hasta las últimas consecuencias en las pesquisas, en donde el nombre de Adán Augusto López salta en las imputaciones que obran en los expedientes.

Adán Augusto se siente intocable a tal nivel que se puede dar el lujo de injuriar a May, así como lo hizo con Ricardo Monreal. También puede retar a golpes en plena sesión a varios senadores de oposición. Más aún, puede apoyar las adelantadas aspiraciones políticas, con todo el respaldo económico, de la senadora de Morena, Andrea Chávez, para ganar la candidatura a la gubernatura de Chihuahua, su tierra natal, a pesar de que la propia presidenta de México prohibió expresamente los aceleres.

Aquí es cuando entra en escena nuestro tercer personaje tabasqueño, quien tendrá que entrar al quite para apaciguar los ánimos de Adán Augusto y de Javier May e incluso tirar línea para que no molesten a su “hermano” desde el gobierno federal.

Mientras que la doctora Sheinbaum apoya a May, AMLO respalda a Adán Augusto, por lo que el choque de trenes se avizora, aunque el resultado ya se anticipa con el manto de inmunidad e impunidad que cubrirá completamente a López Hernández y a su gente.

Para nadie es un secreto que los enfrentamientos fratricidas que se dan al interior de Morena serán la tumba de esta franquicia. El verdadero enemigo del partido en el poder son ellos mismos y sus ganas irrefrenables de poder rumbo a las elecciones intermedias de 2027 y, por supuesto, la elección presidencial.

Ya se vislumbran entre las tribus y corrientes políticas que conforman el morenismo varios grupos que intentan fortalecerse para tomar el control del partido. Desde luego, con la venia de AMLO, quien ya empieza a dudar de las capacidades de su vástago y de su sucesora. O tal vez, con su perversidad, empinar a todos aquellos acelerados como el propio Adán.

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