Pasada la crisis geopolítica derivada del enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán, se intensificaron las amenazas de Donald Trump contra varios de sus socios comerciales, como México y Canadá, al avivar los desencuentros con el gobierno de Claudia Sheinbaum con la grave acusación de lavado de dinero y complicidad con los narcos de tres instituciones financieras nacionales, CI Banco, Intercam y Vector, de Alfonso Romo, sin mediar aviso alguno por parte de la oficina de la Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de EU (FinCEN) a su contraparte mexicana; además de la ruptura comercial con el país del maple que dirige el primer ministro Mark Carney.
Más allá de la llamada de atención para los responsables de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por Jesús de la Fuente, la administración Trump ha enviado varios mensajes inquietantes a la presidenta mexicana. Estos mensajes indican una pérdida total de confianza por parte de la Casa Blanca hacia sus vecinos del sur. Desde el operativo para apresar a El Mayo Zambada, pasando por varios anuncios sobre la imposición de aranceles, hasta el cierre de la frontera al ganado mexicano, todas estas acciones llevan el sello de ignorar al gobierno mexicano.
Aunque lo más preocupante recae en el tema de las imputaciones hechas por la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, al advertir que “Donald Trump lo ha dicho alto y claro. No nos dejaremos intimidar y mantendremos a Estados Unidos seguro… No solo de Irán, sino también de Rusia, China y México, de cualquier adversario del extranjero… Ya sea que intenten asesinarnos físicamente o a través de sobredosis a nuestros niños con drogas”.
Hay que recordar que durante las movilizaciones de la comunidad latina, y en particular de la mexicana, en Los Ángeles, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, acusó directamente a la presidenta Sheinbaum de alentar las protestas violentas en esa ciudad. Esto ocurrió en la Oficina Oval con el presidente Trump como testigo.
En todas las respuestas que ha esgrimido la mandataria de México, se observa una actitud reactiva, complaciente y timorata que no corresponde a las groseras imputaciones y menos a los garrotazos y trumpadas que recibe nuestro país y su gobierno.
¿De qué sirve repetir hasta el cansancio, 23 veces, que sin pruebas no se puede proceder contra los dos bancos y la financiera, si horas después las autoridades mexicanas los intervinieron? ¿O mantenerse en una postura pasiva ante la imposición de aranceles e impuestos a las remesas y lo que se le ocurra al presidente norteamericano?
La doctora Claudia Sheinbaum tiene que tomar serias decisiones sobre su relación cercana con Andrés Manuel López Obrador. Esto es especialmente importante en temas relacionados con las imputaciones y expedientes que existen en las agencias de combate a las drogas, inteligencia y seguridad de Estados Unidos contra ciertos personajes de la 4T de dudosa reputación, como varios gobernadores y exfuncionarios, incluido Alfonso Romo Garza, exjefe de la Oficina de la Presidencia del tabasqueño.
Por supuesto, existen otros nombres que se mantienen en secreto y que, de ninguna manera, se le informará al gobierno mexicano, hasta que los operativos en contra de esos malos servidores públicos estén en marcha.
A la jefa del Ejecutivo federal le quedan dos caminos: o la complicidad o el combate contra los delincuentes de cuello blanco de la 4T, ya que de no hacerlo, seguirá poniéndose en duda su interés real de someter a los criminales que gobiernan vastas regiones del territorio nacional.
La doctora está llamada a ocupar un lugar relevante en la historia por ser la primera mujer presidenta; sin embargo, la línea entre el éxito y el fracaso requiere definiciones inmediatas que no admiten claudicaciones.
Otra definición relevante que tiene que asumir la presidenta Sheinbaum es lo relativo con su postura nacionalista contra los arrebatos y chantajes de su contraparte norteamericana, ya que, mientras siga en esa actitud de debilidad, seguirá la bota del imperialismo pisando más fuerte. No queremos decir que se ponga con Sansón a las patadas, pero sí establecer toda una estrategia comercial real con apoyo presupuestal que permita, entre otras acciones: la diversificación de socios comerciales; una política industrial activa; el rescate de Pemex y CFE mediante la apertura a la iniciativa privada; el aprovechamiento estratégico del nearshoring; el fortalecimiento de las cadenas de valor de la industria nacional, en donde las Pymes juegan un papel relevante, y la apuesta a la educación, ciencia y tecnología.
Las mañaneras, las mentiras y, en general, la estrategia de Macuspana para fortalecer una verdad oficial que no resiste el menor análisis al contrarrestarla con los datos duros y el México real, es un ejercicio agotado que revela las debilidades de la presidenta.