A partir de que el oficialismo alcanzó el año pasado, artificialmente, la mayoría calificada en las cámaras de Senadores y Diputados con la tergiversación del marco electoral por parte del INE y del TEPJF, le entró la desesperación a la 4T para aprobar a toda velocidad las reformas que apuntalan la dictadura que, desde tiempos de López Obrador, se empezó a perfilar para evitar la alternancia del poder.
La desaparición de los órganos autónomos, entre ellos el INAI, la reforma judicial y ahora el nuevo paquete legislativo que se discutirá en un periodo extraordinario de sesiones a partir de hoy, son parte de esa destrucción del régimen democrático. El objetivo es concentrar todo el poder en una sola persona, como ocurre en una autocracia, algo que patentó el PRI en nuestro país durante más de siete décadas en el siglo pasado.
Llama la atención que, ante la conformación de una nueva Carta Magna, los partidos de oposición, léase el PAN, MC y PRI, lucen impávidos, estáticos y apendejados ante la creación de andamiaje que protege al oficialismo y castiga a los opositores, al tiempo de mantener en total opacidad todas las decisiones relevantes que lleva a cabo el Poder Ejecutivo y, en general, todo el gobierno federal.
La cooptación de la mayoría de los consejeros del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación responde precisamente a poseer todos los resortes de control para evitar que, por una rendija, se cuelen las intenciones y acciones para pegarle a la nueva tiranía, como ahora es el caso de la anulación de la elección del Poder Judicial que reúne todas las agravantes para que así se proceda; empero, los chicos y chicas de Taddei y, en unos días, los “Felipes” de Mónica Soto torcerán las leyes electorales para avalar la citada elección y hacerse de la vista gorda ante la inducción al voto mediante una gigantesca operación de la orquesta de acordeones.
El paquete legislativo que se discute esta semana en el Congreso de la Unión incluye la ‘Ley Censura’ y consolidar la militarización al darle el control total de la Guardia Nacional a la Sedena.
Cabe hacer notar que el paquete en cuestión no trae reformas constitucionales, sino reformas legales, por lo que solo bastará la mayoría simple de los legisladores para aprobarlas y esas las tiene Morena y rémoras, sin ningún problema.
Otra ley que se busca aprobar en el periodo extraordinario de sesiones es la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, cuyo fin será regular la integración, organización y funcionamiento de dicho sistema, además de la distribución de competencias, la coordinación y cooperación entre las instituciones de los tres órdenes de gobierno; y prevé la creación de un registro nacional de telefonía móvil.
También están otras cinco iniciativas que tienen que ver con modificaciones al Código Federal de Procedimientos Penales, Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, Ley de Amparo, Ley Federal de Procedimiento Contencioso y Ley de Salud en materia de vapeadores.
Con este nuevo marco jurídico y con jueces a modo de la 4T, quedan los ciudadanos que osen demandar o acudir a los tribunales en búsqueda de justicia, totalmente en estado de indefensión.
El secuestro de las instituciones y la redacción de un nuevo orden constitucional alineado a los aviesos propósitos de Andrés Manuel López Obrador y sus secuaces que han aceptado plegarse a sus designios a través del obradorato, avanzan a gran velocidad y sin escollo alguno.
Y toda esta devastación de la democracia, de la división de poderes y la constante y flagrante violación de los derechos humanos de los ciudadanos por parte del oficialismo, se tolera por el PAN, de Jorge Romero; MC, de Dante Delgado y de Jorge Álvarez Máynez, y lo que queda del PRI, de Alito Moreno, quienes, sin chistar, observan cómo los hacen pedazos.
Están atenidos y esperanzados en que la elección intermedia del 2027 les permitirá equilibrar el Congreso al obtener más escaños.
Sin embargo, en realidad, volverán a ser robados, como ocurrió el año pasado con repartos extraños debido a las coaliciones electorales que permitieron a Morena, PT y PVEM obtener más legisladores de los votos obtenidos.
Mientras nos despojan del país, algunos críticos del sistema tan solo atisban a vislumbrar el robo, pero poca cosa pueden hacer ante un régimen totalitario.
Estamos ante el peor de los mundos: por un lado, padecemos un gobierno abusivo e incompetente y, por otro, vemos cómo otro loco mete al orbe en una vorágine de violencia.