¿Cuántos estadounidenses estarán arrepentidos de votar por Trump a escasos 50 días de que tomara posesión como presidente? Yo creo que son más de la mitad, si consideramos lo que señalan las encuestas más recientes. En donde apenas tiene el 47% de aprobación (encuesta de CNN). Como van las cosas, tan solo será cuestión de algunos días para que más del 60% de sus conciudadanos lo aborrezcan.
El desplome de las bolsas de valores, el despido de miles de trabajadores del gobierno y la amenaza recurrente del despunte de la inflación, más otros factores, ponen a la economía de ese país en modo de recesión. Estas son tan solo algunas repercusiones de las descocadas decisiones que ha tomado el mandatario norteamericano en su primer tramo de gobierno.
La reacción exagerada de los republicanos ante el informe del presidente en el Capitolio es muy diferente de lo que sucede en los mercados, entre empresarios y consumidores, debido a los altos aranceles impuestos a China, Canadá y pronto a otros países como México.
Para algunos analistas, los bandazos de Trump con su respectivo descalabro en las bolsas de Estados Unidos representan un punto de quiebre en su política del toletazo y la extorsión a sus aliados y enemigos comerciales. Esto significa que tendrá que valorar a profundidad la conveniencia de imponer aranceles a México y mantener sus agresiones con el otro socio comercial que confluye en el T-MEC.
Las reacciones canadienses a las extorsiones de Trump son furibundas y más con la imposición del 50 por ciento de aranceles al aluminio y acero.
A pasos agigantados, el magnate inmobiliario se está quedando solo en el orbe en cuanto a alianzas comerciales y militares. La Unión Europea se ha desmarcado del presidente de EU y ello de suyo representa, en muy poco tiempo, que los equilibrios geopolíticos del orbe cambien en función del liderazgo mundial que pueda tener Estados Unidos.
La guerra comercial con China ha seguido escalando a niveles peligrosos para diversos sectores productivos de la Unión Americana, como el sector de tecnologías informáticas. Si a eso le agregamos que la recesión económica está a la vuelta de la esquina, pues en menudo lío están los norteamericanos.
Si consideramos que Joe Biden dejó una economía estable y la inflación controlada, pues se puede asegurar que su sucesor ha tirado por la borda los macroindicadores económicos que heredó.
En momentos en que incrementa los aranceles al aluminio y al acero canadiense en 50%, Marcelo Ebrard, secretario de Economía, despliega una labor de convencimiento con su contraparte norteamericana para evitar que Trump cumpla con su amenaza de imponer aranceles a México del 25%.
La fecha límite para la imposición de aranceles al acero y aluminio mexicano es este 12 de marzo; sin embargo, creemos que no se llevará a cabo, por lo menos otro mes, en virtud de lo contraproducente que ha sido para la economía norteamericana la guerra comercial.
Desde luego, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum debe seguir haciendo la tarea para frenar la migración ilegal, el trasiego de fentanilo y, por supuesto, la aprehensión de los capos de la droga y los políticos mexicanos que han estado coludidos con ellos. Estos incluyen a los gobernadores de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y Américo Villarreal, de Tamaulipas, por citar tan solo algunos personajes del círculo cercano de Andrés Manuel López Obrador.
La espada de Damocles penderá sobre el gobierno mexicano, mientras no entregue a los políticos coludidos con el hampa.
Donald Trump se ha dado un balazo en el pie que dañó no sólo el comienzo de su administración, sino que también a uno de sus colaboradores más conspicuos como Elon Musk.
El mundo financiero y bursátil ya reaccionó a las locuras del magnate inmobiliario y ello, de suyo, representa un dique de esperanza para frenar las ocurrencias comerciales que tiene, sobre todo en declarar una guerra arancelaria al mundo.
Ahora, las guerras bélicas trasmigraron a guerras comerciales e ideológicas y ello augura tiempos ominosos para el mundo y más con el agravante de que al país más poderoso de esta nave espacial llamada Tierra lo gobierna un líder mesiánico que se cree la reencarnación del mesías.
Si el gobierno mexicano cree que ya la libró por el desplome de Wall Street, está muy equivocado. Si cree que ya hicieron la tarea que les impuso Trump, pues están errados. El mandatario requiere mostrar músculo ante sus electores y por ello tiene que cumplir sus promesas de campaña, sobre todo la de combatir a los terroristas mexicanos, estén en donde estén.