Desde San Lázaro

La nueva Santa Inquisición vs. Xóchitl Gálvez

La presión de la nueva Santa Inquisición contra Xóchitl Gálvez irá ‘in crescendo’ por todos los frentes para bajarla de la contienda por la candidatura presidencial.

Tenemos a un presidente alejado abismalmente de los problemas que aquejan a los más pobres y a las clases medias, y metido de lleno al proceso electoral que culminará con las elecciones del próximo año.

AMLO trabaja más como jefe de campaña que como jefe del Ejecutivo federal, usa esta investidura para arremeter contra sus adversarios políticos o para exaltar las inexistentes virtudes de sus corcholatas.

Ahora en las mañaneras ya no solo nos tenemos que chutar una retahíla de mentiras o medias verdades, sino que también los ataques furibundos y groseros contra los aspirantes a la candidatura presidencial de la Alianza Va por México.

Un ejercicio de adoctrinamiento y de manipulación como es la mañanera y que es origen y destino del proyecto político de López Obrador, se desgasta con el tiempo y con la incongruencia de los argumentos esgrimidos ante la cruda realidad, que rebasa, por mucho, a la fantasía cotidiana al inventar un México irreal.

El presidente está desquiciado por la irrupción de Xóchitl Gálvez en el firmamento de las estrellas que aspiran a sucederlo y, sin querer, la convirtió en una real amenaza a la instauración del obradorato.

La Santa Inquisición ha renacido en México con un máximo tribunal encabezado por el presidente de la República, que lleva a la hoguera a los herejes, esos que se atreven a diferir de la visión del tabasqueño.

No deja títere sin cabeza, cuando no es un periodista, es un líder religioso, un empresario o intelectual perteneciente a la “oligarquía”, aunque ahora ya enfila las baterías a un personaje que hasta hace unas tres semanas, tan solo aspiraba a gobernar la capital del país.

Xóchitl Gálvez ha subido como la espuma en las preferencias electorales, gracias a AMLO y va a seguir así hasta que la bola de nieve crezca a tal nivel que sea irremediable su presencia en la boleta presidencial.

Desde luego, la presión de la nueva Santa Inquisición contra la hidalguense irá in crescendo por todos los frentes y será en esos momentos cuando se conozcan los tamaños de Xóchitl, aunque por lo observado hasta el momento, es una mujer que se crece al castigo.

Todavía es muy aventurado asegurar que ella será la candidata presidencial del bloque opositor, ya que el fuego amigo también se recrudece para impedir que sea la “buena”, porque la nomenclatura panista prefiere a Santiago Creel y pondrá todas las herramientas que tiene ese partido a su disposición, desde la militancia comprometida con Marko Cortés, hasta las prerrogativas de que dispone.

De la misma manera operará Alejandro Moreno en favor de Enrique de la Madrid o incluso por Beatriz Paredes, entonces, todavía le queda un largo periplo a Gálvez para llegar a buen puerto.

La lucha por posiciones incrementarán los golpes por debajo de la mesa.

Paralelamente a ello, la nueva Santa Inquisición moverá todos los hilos que pueda y usará todo el poder del Estado para bajar a Xóchitl, además de forzar a sus espías y aliados políticos incrustados en el frente opositor para que procedan en consecuencia.

Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, tanto Creel como De la Madrid deberían medir sus alcances reales de éxito ante la aplanadora de Morena y del presidente, porque no tienen la mínima posibilidad de ganar; en cambio Xóchitl tiene muchas fortalezas de las que carecen ellos, como un origen humilde, sin militancia política, no pertenece a ninguna estirpe política y eso sí, con una carrera profesional exitosa e impoluta.

No la cobijan apellidos de prosapia, ni tiene “sangre azul”.

Justo es la kriptonita que puede hacerle daño al principal huésped de Palacio Nacional, porque de entrada le quita la bandera de la lucha por los pobres que a la postre resultó ser una vacilada y un vil engaño.

Veremos si pueden más la Santa Inquisición y la nomenclatura del PAN y PRI, que la convicción de ella.

Todo dependerá del apoyo que le brinde el “pueblo sabio y bueno” a Xóchitl, ya que si sigue creciendo como va hasta ahora, no habrá poder que le impida cumplir con su propósito de ser la primera presidenta de México.

Mientras ello ocurre, seguiremos padeciendo los excesos de López Obrador y lo más grave, la incapacidad de gobernar un país que se cae a pedazos ante el embate de la pobreza, la marginación, el narcoterrorismo y la connivencia con los criminales, ello sin considerar el colapso en el sistema de salud pública y de educación.

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