La Copa del Mundo 2026 se va a jugar en Norteamérica, en estadios de Estados Unidos, Canadá y México, un evento que entre mi generación podría denominarse como el Mundial NAFTA o TLC, pero que ahora sería más apropiado llamarle el Mundial del T-MEC, aunque quienes saben de futbol me corregirán con aquello de que la organización regional de futbol es la Concacaf.
A menos de un año, el evento aún no prende pasiones, pero muy probablemente lo irá haciendo. La encuesta que hoy publica EL FINANCIERO indica que apenas un 36 por ciento de la población adulta en el país dice estar muy o algo interesada en el Mundial.
A estas alturas, les interesa mucho más a los hombres que a las mujeres, y un poco más a los jóvenes, que a los mayores de edad. Ya veremos si el interés y la emoción mundialistas van encontrando un mayor balance.
Por lo pronto, la encuesta también arroja algunas diferencias por filias y fobias políticas que resultan interesantes. Así que, si me lo permite, trataré de complementar un poco la publicación de la encuesta sobre futbol con un tono político.
Llama la atención que el interés en el Mundial presenta una brecha partidista muy notable: a las personas de orientación morenista les interesa muy poco el Mundial: solamente 28 por ciento dijo estar muy o algo interesado en el evento futbolístico.
En contraste, 54 por ciento de los seguidores de la oposición respondió que el Mundial les interesa mucho o algo.
Por su parte, el interés en el Mundial alcanza 41 por ciento entre apartidistas, el punto medio.

A simple vista, no está claro por qué se da esta brecha futbolística entre morenistas y opositores, pero se presta a distintas especulaciones.
Una es que, por el momento, los y las morenistas están enfocadas a otras temáticas: la presidenta, el presidente del país vecino, los aranceles, Ovidio, el replanteamiento de la marca Morena, Adán Augusto, por mencionar algunos. Habrá que medir cada aspecto en alguna encuesta para corroborar.
Otra es que el contexto con Estados Unidos pueda estar generando cierta animadversión a lo que debería verse como un actividad de sinergia norteamericana.
Otra más es que, de plano, el futbol no guste tanto entre las y los simpatizantes de la ‘4T’; pero creo que su desinterés actual puede ir cambiando, aún es temprano. Se trata de un Mundial de Futbol en casa (por lo menos una parte) en tiempos de la ‘cuarta transformación’.
Además, la encuesta se hizo poco después de que México le ganara a Estados Unidos en la Copa Oro, lo cual debiera generar un poco más de orgullo de lo que se vio en la encuesta. Apenas la mitad, 50 por ciento, calificó muy bien o bien el triunfo de la selección.
Al ver el grado de interés en el Mundial según la orientación ideológica, la encuesta confirma un poco lo que se vio con el partidismo: las personas de derecha se interesan más en el certamen internacional que las de izquierda.
La diferencia es más modesta, pero el interés en el Mundial alcanza 37 por ciento entre la derecha y apenas 30 por ciento entre la izquierda.
Y en este caso las personas del centro del espectro son las que están ligeramente más interesadas en el Mundial, con un 42 por ciento.
Al parecer, el futbol no polariza tanto, sino que llama más a la moderación y al centro del espectro político. Bueno, es una lectura optimista, pero así lucen las cosas.
Un Mundial en tiempos de la ‘4T’ que interesa poco a morenistas e izquierdistas no suena muy promisorio, pero, como dije, quizás esto pueda ir cambiando.
Quizás veamos un poco más de promoción desde las conferencias matutinas de la presidenta, conforme se vaya acercando el Mundial. Por lo pronto, y a menos de un año, el Mundial aún no prende las pasiones en México, en particular las del obradorismo.