El anuncio del presidente Trump sobre los ataques aéreos de Estados Unidos en Irán nos lleva a preguntarnos acerca del impacto en la opinión pública, en los niveles de apoyo a las medidas del presidente estadounidense y, quizás, repensar en la noción de las opiniones latentes hacia el futuro inmediato.
Las encuestas realizadas justo después de los ataques aéreos revelan que, por lo pronto, no parece haber un efecto rally, como suele esperarse en momentos de crisis, lo cual implicaría un aumento en el apoyo al liderazgo en turno o a sus decisiones.
De acuerdo con una encuesta de CNN, coordinada por mi colega Jennifer Agiesta y su equipo, realizada el domingo y el lunes después de los ataques aéreos, pero poco antes de la respuesta de Irán contra objetivos en Qatar, 44 por ciento dijo aprobar la decisión de Trump de lanzar los ataques aéreos, mientras que una mayoría de 56 por ciento respondió en desaprobación.
Los porcentajes son muy parecidos a los niveles de aprobación del presidente Trump, los cuales reflejan la división partidaria en el país. De hecho, el sondeo de CNN indica que la aprobación a los ataques aéreos entre simpatizantes del partido republicano supera 80 por ciento, mientras que la desaprobación entre simpatizantes del partido demócrata casi llega a 90 por ciento. Un escenario de polarización.
La medición de posturas ante la decisión de Trump de bombardear objetivos en Irán refleja bastante bien la división partidista y prácticamente reproduce los niveles de aprobación/desaprobación al presidente, independientemente de las medidas militares recientes.
Una encuesta de Reuters/Ipsos, levantada del 21 al 23 de junio, confirma la mayor oposición a los ataques aéreos: 32 por ciento dijo apoyarlos, frente a 45 por ciento que se opone, con un 19 por ciento que no tomó postura. Un balance de 44/56 en porcentaje efectivo.
Así, apenas unas horas después de la acción militar anunciada, las encuestas no detectan un efecto rally, de cierre de filas en torno a Trump. Y, por la manera en que se manejó mediáticamente la respuesta de Irán, es probable que tampoco se observe en las encuestas posteriores al lunes.
La encuesta de Reuters/Ipsos sugiere, sin embargo, que el público estará atento a cómo se desarrolle la situación, toda vez que a 84 por ciento le preocupa que el conflicto pudiera escalar, una preocupación alta en ambos lados de la división partidaria. La preocupación, en este caso, no polariza, une.
La noción de una “opinión latente”, que planteó el politólogo V.O. Key Jr. a inicios de los años 60, podría ser útil para imaginar las opiniones hacia adelante y las estrategias de gobierno con base en su lectura o expectativa de éstas.
En una revisión del concepto, el politólogo John Zaller advierte que los políticos a veces dejan de lado el sentir de la opinión pública actual, medida y conocida a través de las encuestas al momento, y se vuelven más responsivos a “la opinión latente”, esa que se espera más adelante.
Es decir, los políticos “actúan de manera consciente y anticipada” de acuerdo con su lectura de la opinión latente.
De acuerdo con Zaller, en 1991, los ataques de Estados Unidos a Irak contaban con la mitad de apoyo entre el público norteamericano, pero la expectativa del gobierno, según entrevistas con altos mandos, era que dicho apoyo se iría incrementando.
Si la apuesta del gobierno de Trump es similar o no, ya lo iremos viendo, pero el asunto abre una compleja dimensión del estudio de la opinión pública y de la utilidad de las encuestas para ello: ¿es posible anticipar las opiniones y sentimientos de la gente, la llamada opinión latente?
En el caso de México, es interesante el asunto, tanto mirando hacia adelante como en retrospectiva. Varias de las propuestas de política pública de AMLO no se tomaron en un momento de particular popularidad, e incluso algunas tenían un rechazo mayoritario en las encuestas del momento; pero varias de ellas fueron registrando un creciente apoyo popular.
Bajo esta óptica, podríamos preguntarnos hasta qué punto el gobierno de Sheinbaum y su oposición se guían no sólo por opiniones medidas hoy, sino por su expectativa de la opinión latente, por ejemplo, hacia mayo y junio de 2027, o algún otro momento que usted considere relevante.
La noción de opinión latente no es lo que muestran hoy las encuestas, sino la anticipación al sentir popular. Es un concepto complejo, pero provocador. Veremos si las acciones de Trump hoy tienen una respuesta favorable más adelante. Por lo pronto, parece que no.