Alejandra Marcos

La dicotomía entre el ‘Wall Street mexicano’ y Main Street

Mientras la economía mexicana atraviesa por un periodo de modesto crecimiento, el principal indicador bursátil alcanzó máximos históricos a inicios de octubre.

Ha finalizado la temporada de reportes corporativos del tercer trimestre del año en México. El contexto económico del tercer trimestre es de marcada debilidad, pues la economía mexicana se contrajo -0.3 por ciento trimestre a trimestre y -0.2 por ciento en términos anuales, evidenciando la atonía de la actividad económica, aunque la inflación general se comportó de mejor manera, pues en el trimestre se mantuvo debajo del 4 por ciento, dentro del rango de variabilidad de Banco de México. El sector exportador nuevamente mantuvo una dinámica favorable a pesar de la fortaleza del tipo de cambio, con marcadas diferencias entre tipo de manufactura. El consumo sigue moderado, pues las remesas registran una disminución del 5.9 por ciento en lo que va del año, y la creación del empleo formal muestra una contracción.

Es así que al evaluar lo que está pasando en la economía real todo indica que la economía mexicana atraviesa por un periodo de modesto crecimiento con un comportamiento heterogéneo por sectores. Sin embargo, al evaluar nuestro principal indicador bursátil éste alcanzó máximos históricos a inicios del mes de octubre rebasando por primera vez las 63 mil unidades, y en lo que va del año liga un rendimiento superior al 26 por ciento.

¿Cómo explicar la dicotomía entre el comportamiento de nuestro principal mercado y de la economía real? Si bien es cierto que las menores tasas de interés juegan un papel relevante en la valuación de las empresas, pues a menores tasas de interés, mayor apetito por activos considerados de riesgo, y mayores retornos, creo que la dinámica que subyace del comportamiento de las bolsas de valores en México se explica por otros factores.

Por un lado, hay que enfatizar que las valuaciones con todo y el aumento en los precios, siguen estando en niveles muy bajos. El múltiplo precio a utilidad (P/U) se ubica en 14.3x (veces), que se comprara de manera positiva con el promedio de los últimos cinco y diez años (17.6x, y 18.2x respectivamente). Las bajas valuaciones son el reflejo de un crecimiento muy importante en las utilidades, pues en el agregado la utilidad neta del tercer trimestre aumentó 20.5 por ciento. Para el EBITDA (utilidad de operación en efectivo), medida que captura de mejor manera el comportamiento operativo de las empresas, el crecimiento del trimestre fue de 8.3 por ciento. Considerando el múltiplo valor empresa a EBITDA (EV/EBITDA) se encuentra en 5.8x veces inferior al promedio de los últimos 5 y 10 años. Así que todo parece indicar que los inversionistas, a pesar del complejo entorno local e internacional han optado por aumentar sus posiciones en renta variable nacional, ante valuaciones que lucen francamente atractivas, más aún en un contexto donde han diversificado sus posturas en mercados distintos al dólar.

Cuando observamos el riesgo país, medido por las primas de riesgo de impago (CDS), tras alcanzar un nivel de 160 puntos se ubica en 90, lo que también ha contribuido a aumentar el apetito por invertir en nuestro mercado.

Sin embargo, este comportamiento es diferenciado por emisoras, el sector de consumo ha estado fuertemente golpeado, las empresas de éste mostraron débiles utilidades, y no sólo se trata de la atonía en el consumo, es también las presiones en costos y gastos en particular por presiones salariales, cuestión que les ha mermado la rentabilidad. En cambio, las compañías que tienen operaciones internacionales tuvieron un mejor desempeño, en particular aquellas expuestas a la economía norteamericana, que sigue mostrando fortaleza.

Para el 2026 podríamos esperar que el IPC se ubique alrededor de las 69 mil unidades, considerando el múltiplo actual y un crecimiento en utilidades en efectivo del ocho por ciento. Tomando en cuenta el rendimiento, será importante seleccionar a las emisoras que, dados sus fundamentales, son las que hoy hay que comprar, porque hay acciones que han alcanzado máximos históricos y otras en cambio, considerando su perspectiva, podrían ser grandes oportunidades.

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