Alejandra Marcos

Retos y oportunidades en el sector turismo

El turismo, con todo y los vientos en contra, sigue mostrando dinámicas favorables. El PIB turístico representa el 8.6% de la economía.

Este año ha sido por demás complejo, la economía se encuentra prácticamente estancada, y el grueso de los pronósticos apunta a un nulo avance económico, y en el 2026, a un crecimiento debajo del potencial. Todos los componentes de la demanda agregada dibujan una marcada trayectoria de baja. El empleo formal muestra dos meses consecutivos de pérdida de empleo, y en el año se han creado tan sólo 133 mil puestos formales, lo que contrasta de manera negativa con lo observado en los años previos. El consumo privado e inversión han sido los factores torales de la desaceleración. Además, el bajo dinamismo de la economía, ha venido acompañado de mayores niveles de precios, haciendo eco al escenario tan temido de estanflación. La inflación al mes de mayo se ubicó en 4.42 por ciento; y Banxico, argumentando el menor costo de sacrificio y la elevada tasa de interés real ex ante, ha puesto en marcha un agresivo ciclo de recortes, al tiempo que el mercado estima la continuación del mismo. En este contexto el tipo de cambio se ha apreciado principalmente por la debilidad del dólar y por las operaciones de carry trade.

Pero el comportamiento es heterogéneo por sectores. El turismo, con todo y los vientos en contra, sigue mostrando dinámicas favorables. El PIB turístico representa el 8.6 por ciento de la economía. Además es un sector sumamente intensivo en capital humano, pues al 1T25 las personas empleadas por el sector totalizaron 4.970 millones, siendo la mayoría de ellas mujeres, y representando el 8.2 por ciento de la PEA. México es el quinto lugar más visitado en el mundo, pues contamos con una serie de ventajas competitivas difíciles de reemplazar.

En términos de monto, el saldo de la balanza de turismo (ingresos menos egresos) ascendió a 21 mil 602 millones de dólares en los últimos doce meses. Los ingresos de divisas por turismo representan el segundo lugar más importante después de las remesas, y en el último año ascendieron a 33 mil 757 millones de dólares, alcanzando un nuevo máximo histórico. En primer cuatrimestre los ingresos por turismo ascendieron a 13 mil 311 millones de dólares, mostrando un crecimiento de 6.4 por ciento, y por turista ascendió a mil 186 dólares. Sin embargo, el gasto promedio del turista internacional apenas alcanza en el lugar número 14 a nivel global.

Para aspirar a un mayor ingreso hay una serie de retos que debemos abordar. La inseguridad es un tema medular que afecta toda la cadena productiva de la industria. Por otro lado, el encarecimiento de los destinos mexicanos ha afectado la disposición de los viajeros; las presiones en los costos laborales ante la estructura salarial de nuestro país han contribuido a encarecer los destinos turísticos, además del alza en los precios de las tarifas aéreas y los paquetes de hotel. Por otro lado, algunas políticas públicas han inhibido la llegada de viajeros internacionales provenientes de otros países latinoamericanos. Los requerimientos de visado han originado caídas de doble dígito en la llegada de turistas de esa región. Los recursos públicos destinados a promover a México como destino turístico prácticamente se han desvanecido.

El turismo presenta oportunidades importantes de cara a los siguientes años, México es rico en su gente, biodiversidad y cultura. Las eficiencias en los procesos de digitalización, el apalancamiento en el turismo sostenible y el ecoturismo que pueden atraer a una mayor diversidad de viajeros, la promoción del turismo gastronómico, detonar y atraer inversión extranjera y nacional en asociaciones público-privadas de cara a mejorar la infraestructura, y desarrollar nueva infraestructura hotelera sustentable, son algunas de las propuestas que pudieran profundizar la relevancia y el crecimiento del sector.

Diversos estudios apuntan a que en las plazas turísticas el nivel de marginación es significativamente menor, abonando y promoviendo al desarrollo y crecimiento económico. Queda claro que tenemos en nuestras manos el enorme poder transformador para potenciar y detonar el crecimiento del sector turístico, y con ello apuntalar una mejor perspectiva para nuestro país.

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