Alejandra Marcos

Los primeros 100 días de Trump

La realidad de los números se ha enfrentado al discurso de Trump, evidenciando la falta de planeación y evaluación sobre las políticas que ha impulsado el presidente.

Han transcurrido los primeros 100 días del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Tradicionalmente, este tiempo suele ser crucial para entender el comportamiento de los años que estará al frente, por lo que todo parece indicar que necesitaremos mucha paciencia para sortear los mil 356 días restantes. Pero ¡ánimo!, porque el capital político del presidente más poderoso del mundo ha venido en franco descenso, y a 100 días de haber iniciado su gobierno, solo cuatro de cada diez ciudadanos americanos aprueban su gestión, siendo el presidente que ha tenido el peor desempeño en los primeros tres meses de gobierno, considerando los últimos 70 años. Es posible dilucidar que comiencen a emerger mayores contrapesos que hagan de su periodo restante uno menos volátil e incierto, aunque su temperamento estridente siempre se mantendrá como un factor de riesgo.

En estos primeros 100 días no sólo su aprobación política se ha derrumbado, pues el principal indicador bursátil, el S&P500, registra un retroceso de 7.9 por ciento, siendo el segundo peor desempeño desde 1973, cuando el presidente Richard Nixon enfrentaba un periodo de estanflación. Al evaluar el comportamiento de manera sectorial, desde el “día de la liberación” todos los componentes presentan retrocesos, unos de mayor magnitud, pero la caída ha sido generalizada. Adicionalmente, el dólar ha mostrado una fuerte debilidad, pues el índice del dólar, que compara el comportamiento del dólar frente a una canasta de monedas duras, ha caído 8.6 por ciento, y las tasas de interés han tenido movimientos erráticos.

Este tiempo ha sido caracterizado por un álgido proteccionismo, renovados temores de recesión y el exceso del poder presidencial, por lo que estos primeros días han sido de marcada incertidumbre, factor toral que ha sido incorporado en los precios de la mayoría de los activos, pues los mercados han respondido al vaivén de los anuncios de los aranceles. No tenemos certidumbre sobre la duración y permanencia de las tarifas que ha puesto en marcha Trump frente a los 185 países con los que tiene comercio. La respuesta final y las valuaciones de los activos, responderán de cómo quede conformado el comercio entre Estados Unidos y el resto del mundo.

Sin embargo, ya comenzamos a ver los primeros efectos de esta incertidumbre, pues han sido constantes las revisiones a la baja en el producto y al alza en la inflación. De acuerdo con la encuesta de Bloomberg, el crecimiento económico del país más poderoso del mundo ha sido ajustado de 2.2 por ciento a 1.4 por ciento en el 2025. En ese mismo tenor, el FMI revisó a 1.8 por ciento el estimado, desde 2.7 por ciento previo. Y para la inflación, ahora el consenso espera 3.2 por ciento, sustancialmente mayor que el esperado al inicio del año, y desviándose de su trayectoria de baja. Los primeros datos sobre la actividad económica dan suficiente evidencia de las distorsiones que han originado las políticas públicas de Trump, pues de acuerdo con el dato publicado esta semana, el PIB del 1T25 arrojó una caída en la actividad de 0.3 por ciento anualizado contra el trimestre previo. En parte esta contracción es el resultado de una balanza comercial muy deficitaria por el anticipo de los aranceles. Aunque vale la pena destacar que el consumo de bienes mostró un menor dinamismo. Es posible anticipar que para el 2T25 nuevamente veamos una caída de manera trimestral en la actividad económica, en especial originada por una contracción en los niveles de inversión ante la incertidumbre.

Resulta evidente que la realidad de los números se ha enfrentado al discurso de Trump, evidenciando la falta de planeación y evaluación sobre las políticas que ha impulsado el presidente. Considero que, aunque no sabemos cómo quedará conformado el comercio internacional a nivel global, no desaparecerá y habrá que evaluar cómo quedan conformados los flujos de mercancías y de recursos. Mientras tanto, el balance de estos primeros 100 días ha sido negativo para Estados Unidos y el mundo.

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