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El mal necesario que protege tu patrimonio

Vivir sin cobertura implica un riesgo para el bienestar y una amenaza directa al patrimonio familiar.

Una cobertura esencial dentro de las finanzas personales son los seguros de gastos médicos mayores (SGMM).

Prescindir de esta protección parece una decisión simple, pero resulta peligrosa. El sistema público de salud presenta deficiencias notorias: hospitales saturados y frecuentes carencias de medicamentos. Vivir sin cobertura implica un riesgo para el bienestar y una amenaza directa al patrimonio familiar.

La atención médica privada se ha vuelto inalcanzable para la mayoría. Un procedimiento complejo puede costar millones de pesos y cuando un ser querido enfrenta un padecimiento grave, el impulso de salvarlo conduce con frecuencia a agotar los ahorros o endeudarse.

En los últimos años, las primas de los SGMM han aumentado hasta 70 por ciento, bajo el pretexto del encarecimiento de hospitales y medicamentos, así como al avance de la edad del asegurado. Sin embargo, junto con los precios, también se ha deteriorado el servicio.

Ante este panorama, si se tiene la capacidad económica, sigue siendo recomendable contratar un SGMM con una empresa seria y con trayectoria, aunque eso no garantice eficiencia. Adquirirlo en la juventud reduce el costo y considera que las enfermedades no distinguen edades; incluso, conviene que los padres apoyen a sus hijos en este tema, pues en una emergencia serían ellos quienes podrían asumir el gasto.

Empero llegará un punto en que mantenerla sea impagable, por lo que resulta prudente ajustar condiciones, como elevar el deducible o el coaseguro, o elegir un nivel hospitalario menor. Sin embargo, quedarse sin cobertura implica un riesgo elevado tanto para la salud como para las finanzas personales.

El seguro debe reservarse para enfermedades o accidentes de alto costo. Los gastos menores, por debajo del deducible, conviene cubrirlos con recursos propios. Esto exige mantener un fondo de contingencia para salud, sobre todo si hay antecedentes de enfermedad.

Finalmente, hay que defender los derechos del asegurado.

Las aseguradoras se han convertido en un mal necesario. Aun así, más que resignarse, lo sensato es aprender a convivir con ellas desde la información, la previsión y la exigencia.

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Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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