Mis Finanzas y Coaching

La tiranía de la velocidad en la toma de decisiones

Detrás de esta rapidez existe el riesgo de apresurarnos a cometer errores, dejando de lado la reflexión sobre los objetivos personales y desconociendo hacia dónde dirigimos el patrimonio.

Desde la llegada de Internet, nos hemos acostumbrado a vivir bajo la tiranía de la velocidad. La información y la tecnología nos alcanzan con una rapidez cada vez mayor, condicionando nuestra forma de pensar, actuar e incluso de tomar decisiones financieras.

Esta urgencia digital se ha intensificado recientemente con la irrupción de la inteligencia artificial, que promete facilitarnos aún más las cosas, en especial en el ámbito financiero. Así han surgido los asesores automatizados, conocidos como robo-advisors, plataformas digitales que ofrecen en segundos decisiones basadas en algoritmos complejos y en el análisis casi instantáneo de millones de datos.

Sin embargo, detrás de esta rapidez existe el riesgo de apresurarnos a cometer errores, dejando de lado la reflexión sobre los objetivos personales y desconociendo hacia dónde dirigimos el patrimonio.

Hay una aparente facilidad para decidir, y en este contexto las redes sociales se han convertido en actores centrales de la dinámica financiera personal. Plataformas como TikTok o X multiplican el efecto de la rapidez al favorecer el fenómeno conocido como social proof.

Lo anterior, propicia decisiones impulsivas y el arrastre masivo de inversionistas que, confiados en la rapidez y la validación instantánea, asumen riesgos sin una evaluación adecuada.

En este entorno acelerado también aparece con frecuencia lo que ahora se denomina fatiga financiera digital. Tenemos acceso constante a noticias, notificaciones y alertas sobre fluctuaciones de precios, oportunidades y riesgos, lo que puede provocar agotamiento mental, estrés y ansiedad, disminuyendo así la posibilidad de decidir con lucidez sobre el patrimonio personal.

Una propuesta interesante radica en utilizar la inteligencia artificial como aliada, ya que permite crear programas personalizados de educación financiera administrados en pequeñas dosis. Lo importante es que esas microlecciones no anulen la capacidad de análisis profundo que exige cualquier resolución trascendente.

Finalmente, recuperar el hábito de la pausa, del análisis sereno, es imprescindible.

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Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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