Mis Finanzas y Coaching

¿Tu mente desafina? Conviértete en su director

Debemos escuchar con atención al brillante conductor que habita nuestra cabeza y entregarle partituras dignas de su talento, opina Alberto Tovar.

Todos contamos con áreas de oportunidad como instaurar un hábito, alcanzar una meta precisa, superar barreras personales o expresarnos con mayor soltura, entre tantas aspiraciones. Formular un propósito lógico resulta insuficiente, pues el cerebro dista de funcionar como una computadora que acata instrucciones al pie de la letra. Entonces, ¿cómo avanzar?

La diversidad de enfoques demuestra que nunca ha existido una fórmula universal; prueba de ello es la infinidad de libros de desarrollo personal que llenan los estantes. Conviene recordar que el cerebro aloja innumerables procesos dinámicos encargados de predecir e interpretar la realidad captada por los sentidos. Cada experiencia, emoción y recuerdo entreteje una sinfonía íntima que moldea la conducta y la identidad.

Imaginemos el cerebro como un director de orquesta que trabaja desde un atril sumido en la obscuridad. Aunque no pueda ver a los músicos, distingue cada matiz mediante impulsos eléctricos y patrones. Esa aparente limitación invita a intervenir de forma deliberada: al descifrar su diálogo silencioso con los estímulos, surge la posibilidad para orientarlo.

En el ámbito del coaching ejecutivo, comprender el método con que este “director invisible” organiza la información ofrece herramientas para potenciar la autogestión, afinar la toma de decisiones y robustecer el liderazgo personal. El enfoque combina aportaciones de neurociencia, psicología cognitiva y reflexión práctica con el fin de diseñar intervenciones según cada individuo.

Al reconocer que el cerebro construye la realidad con fragmentos sensoriales, aparece una pregunta esencial: ¿cómo influir en esa interpretación? Estrategias concretas como por ejemplo la respiración consciente o la visualización guiada ajustan la respuesta emocional ante escenarios exigentes.

Volvamos a la metáfora. Aunque el director permanece en penumbra, agudiza oído e instinto hasta dominar cada instrumento. De manera análoga, cuando la mente identifica y regula las emociones, aparta los impulsos y asume un rol decisorio más claro.

Los avances en neurociencia resultan cada día más valiosos para respaldar el coaching ejecutivo. Comprender situaciones como el “secuestro amigdalino”, donde una emoción intensa suspende el razonamiento, facilita anticipar y canalizar reacciones bajo presión. Explorar los circuitos de recompensa, por su parte, favorece una motivación interna sólida y el mantenimiento de hábitos beneficiosos.

El propósito trasciende la búsqueda de la perfección; consiste en acompañar a ese “director interior”, enviar mensajes precisos, fortalecer las conexiones neuronales más eficaces y aceptar los límites con inteligencia y benevolencia. Una actitud así ayuda tanto a un desempeño superior como a una relación equilibrada con uno mismo y con los demás.

La invitación final es escuchar con atención al brillante conductor que habita nuestra cabeza y entregarle partituras dignas de su talento. Al hacerlo, la sala oscura se convierte en un escenario colmado de posibilidades, donde cada destello sensorial se transforma en armonía y cada pensamiento impulsa el liderazgo y el bienestar personal. Hacer de la mente una aliada consciente es un viaje continuo, pero la recompensa bien vale cada ensayo.

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Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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