Alberto Muñoz

La automatización inteligente es urgente

Alberto Muñoz señala que como otros campos, el sector manufacturero debe incluir y rápido a la Inteligencia Artificial.

Desde que yo recuerdo, China ha sido capaz de fabricar productos a costos sorprendentemente reducidos, a veces incluso más bajos que el simple costo de los materiales en otros lugares. Esto se ha debido, en gran parte, a los reducidos salarios de su sector manufacturero.

Recuerdo un viernes en la tarde en Shenzhen en que me encontré en medio de una multitud de cientos de miles de jóvenes, todos conectados realizando transacciones monetarias desde sus dispositivos móviles. Esa imagen me hizo reflexionar: con una juventud tan inmersa en la digitalización, ¿cómo podrían limitarse al mundo manufacturero? Es evidente que la nueva generación se va moviendo a sectores más rentables, como el de los servicios especializados e incluso, gracias a la digitalización, al financiero.

A lo largo de seis años viajé frecuentemente a Hong Kong y China, dedicando tiempo a analizar los informes financieros y estrategias de empresas multinacionales, especialmente de las que transferían su producción a China. Una constante era la destacada eficiencia en costos de ensamblaje. Discusiones con colegas economistas me llevaban siempre a una idea recurrente: gran parte del margen económico provenía de la especulación inmobiliaria, que indirectamente subsidiaba la manufactura.

Veamos. Mientras China tasaba la fabricación de un iPhone en X cantidad, la empresa Apple lo comercializaba a 4X. De forma simple, así en EE.UU. se generaba valor por 2X en servicios, China aportaba un X de producción, y el X restante era el margen de ganancia de Apple.

Pero los tiempos están cambiando. A pesar de las opiniones divididas sobre el home office, es innegable que la rentabilidad se ve influenciada por los costos, y no solo en lugares como Silicon Valley las rentas son absurdas, más allá del calor, el sector inmobiliario arde en todo el mundo. Reubicar fábricas en regiones con oferta barata de mano de obra está resultando cada vez más difícil.

La primera vez que fui Japón (1995) constaté como sostenía su economía gracias a líneas de producción automatizadas, contrapuesto a China con su tradicional mano de obra intensiva. Este año regresé a la nación del sol naciente y no pude más que reafirmar que la automatización ahora los robots han llegado hasta los restaurantes de los hoteles y ahora limpian por completo las habitaciones. Y las cosas están cambiando también en China que no solo está produciendo robots para exportar, su consumo interno de robots de servicio es cada vez mayor.

La solución para países con fuerte tradición manufacturera radica en la integración de inteligencia artificial y robótica avanzada en sus procesos. Esto no solo implica menos operadores humanos, sino un mayor enfoque en especialistas altamente capacitados en automatización y robótica, lo que puede elevar el valor agregado de los productos. Si bien es cierto que la automatización de procesos se llevó a cabo con relativo éxito sin las herramientas de inteligencia artificial ni robots de servicio inteligentes ahora disponibles, el mercado demanda cada vez más que los procesos involucren aspectos solo posibles en ambientes no especialmente estructurados. Contrario a las aburridas celdas de manufacturas tradicionales, así como una trazabilidad que solo es posible con la ciencia de datos actual.

La innovación disruptiva junto con la robótica e IA (incluyendo la ciencia de datos) son instrumentos tecnológicos esenciales para que las naciones en desarrollo evolucionen más allá de la dependencia inmobiliaria como diferenciador en costos. Las empresas modernas están consolidando el uso de dichos instrumentos en su negocio principal (core business), haciendo la organización más eficiente, optimizando la cartera de productos, expandiendo la presencia internacional, mejorando la generación de efectivo y la rentabilidad a través de nuevos productos basados en servicios de alta tecnología, concentrando la I+D para impulsar su transformación en un entorno en constante evolución, y dirigiendo esfuerzos hacia nuevos negocios

El desafío surge cuando la especulación inmobiliaria ya no pueda subsidiar esos costos. Esto se evidenciará cuando, por ejemplo, ni los vehículos eléctricos Chinos no puedan mantener precios reducidos: habrá señales. Pero ya hasta China está reorientando su timón.

¿Qué pasa con el resto del mundo?

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