Rosa Nelly Trevinyo

Rosa Nelly: Sincronía Neuronal en la Familia Empresaria

Los seres humanos tenemos la tendencia a sincronizar nuestras acciones, ya sea caminando, bailando, conversando —proceso neuronal llamado mirroring.

La pandemia cambió nuestra forma de comunicarnos y de interactuar. Las pantallas se volvieron parte de nuestras vidas. No obstante, en 2021, los primeros estudios científicos revelaron que la comunicación a través de videollamadas generaba distracción, aburrimiento, sensación de soledad y un mayor cansancio —la llamada “fatiga de Zoom”.

Y es que, para nuestro cerebro, la interacción online no es igual a una conversación cara a cara. Durante una conversación en persona, el cerebro se concentra en las palabras que se dicen y también en las señales no verbales. ¿Qué sucede con las videollamadas? Que como no nos vemos de cuerpo completo y las micro-expresiones en nuestro rostro no son evidentes ante una cámara, el cerebro deja de percibir mensajes sutiles y al hacerlo, nuestras neuronas se distraen; se aburren y dejan de generar nuevas conexiones (plasticidad neuronal).

Por si esto fuera poco, la comunicación a través de una pantalla también limita la sincronía entre cerebros. ¿Qué es eso? Muchos le llaman conexión interpersonal, feeling, química, energía o vibra entre las personas. Le llamen como le llamen, lo cierto es que la sincronía neuronal es una capacidad inherente al cerebro humano.

Los seres humanos tenemos la tendencia a sincronizar nuestras acciones, ya sea caminando, bailando, conversando —proceso neuronal llamado mirroring. Esta sincronía que involucra a las neuronas espejo es crucial en las relaciones, ya que genera confianza, nos vincula, incrementa el afecto positivo y favorece conductas solidarias. Tan es así, que los estudios han demostrado que un simple paseo en sincronía con un miembro de una minoría étnica puede ayudar a disminuir los prejuicios y estereotipos, tanto hacia la persona, como hacia el grupo social al que pertenece.

Aunado a esto, los expertos en neurociencia han constatado —utilizando el hiperescaneo, que es una metodología que permite registrar la actividad cerebral de dos o más personas mientras se relacionan entre sí— que las interacciones presenciales producen una sincronización neuronal más fuerte que las interacciones online. En un estudio reciente, la interacción cara a cara generó nueve vínculos cerebrales significativos entre áreas frontales y temporales en el rango de frecuencias beta (asociadas a estados de concentración, atención sostenida, memoria y resolución de problemas), mientras que la interacción online solamente generó uno (9:1).

La sincronización entre cerebros surge de forma automática cuando podemos vernos y sentirnos, siendo la sonrisa un factor crítico en el acoplamiento. Las personas que desarrollan una interacción cara a cara, sincronizan de forma significativa y espontánea sus ondas cerebrales, siendo más eficientes en el trabajo conjunto y la resolución de problemas. Sumado a esto, esta sincronización neuronal produce cambios en la neuroquímica cerebral, detonando una mayor empatía entre los miembros.

¿Qué sabemos de la sincronización entre cerebros en la familia empresaria? De entrada, que la sincronización neuronal se amplifica en función de la relación familiar, siendo mayor entre padres e hijos y entre hermanos. Y que la sincronización neuronal entre hermanos puede verse afectada por la dinámica familiar, por ejemplo, cuando la rivalidad es patente.

De igual forma, sabemos que existe una mayor alineación de ondas cerebrales en familias que: 1) conviven continuamente, 2) gestionan adecuadamente sus conflictos, 3) se expresan con sinceridad empática y 4) valoran a sus miembros (exhiben humildad y reconocimiento).

Como asesores familiares-empresariales, parte de nuestra labor es crear las condiciones para que la sincronización neuronal entre los miembros de la familia empresaria se dé. Justamente por esto, un asesor experto insistirá en que sus sesiones familiares-empresariales deben ser presenciales, desde aquellas que se relacionan con la educación continua y el desarrollo o revisión de su Protocolo Familiar, hasta las del Consejo de Administración, del Consejo de Familia y las Asambleas Familiares.

Con todo, la sincronización entre cerebros no se puede forzar. Para lograrla hay que compartir objetivos y prestar atención conjunta. Se ha observado, en experimentos en los que varias personas colaboran para resolver una tarea y en el grupo hay alguien que finge participar (porque realmente no está interesado), que su cerebro no se sincroniza con los del resto del grupo.

En breve: La sincronía neuronal es una capacidad inherente al cerebro humano que se desarrolla cuando interactuamos en formato presencial. Cuanto más tiempo convivamos juntos, más intenso será el acoplamiento neuronal, y conforme más sincronizados estén nuestros cerebros, mejor trabajaremos, aprenderemos, cooperaremos, resolveremos problemas, negociaremos y tomaremos decisiones JUNTOS. Cuando la familia empresaria “está en la misma onda”, todo es más fácil. ¿A poco no?

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Dra. Rosa Nelly  Trevinyo

Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez

Socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Turismo, Agroalimentario y de Retail.

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