De acuerdo con la página de la historia del FED, “La independencia y el estar blindado de presiones políticas son esenciales para la capacidad de los bancos centrales de cualquier país para implementar su política monetaria […]
Durante la Segunda Guerra Mundial y tiempo después, el FED no tenía independencia […] En abril de 1942, a petición del Departamento del Tesoro, el FED se comprometió a mantener una tasa de interés fija de 3/8% […] Después de que terminó la guerra en 1945, la inflación se agravó: entre junio de 1946 y junio de 1947, la inflación fue del 17.6% […] la prioridad del FED pasó de apoyar el financiamiento de la guerra a restringir la inflación [...]
Estados Unidos entró en la Guerra de Corea en junio de 1950 […] En febrero de 1951, la inflación era del 21%. El 4 de marzo de 1951, el Tesoro y el FED llegaron a un acuerdo con respecto a la gestión de la deuda pública […]
Los responsables de la política monetaria comenzaron a centrarse activamente en las reservas bancarias y en el control de la creación de dinero para estabilizar el poder adquisitivo del dólar. Pero lo más importante es que, al establecer la independencia del banco central de las preocupaciones del gobierno en turno, el acuerdo sentó las bases para el desarrollo de la política monetaria moderna.”
En un artículo de opinión del NY Times If You Like 35% Inflation, Go Ahead, Fire the Fed Chair [Si quieres una inflación del 35%, adelante, despide al presidente de la Fed] y sin emitir ninguna opinión al respecto, veamos lo que nos dice que pasó en Hungría y Turquía.
“Los líderes de ambos países […] cambiaron las leyes para garantizar que sus bancos centrales apoyaran los objetivos políticos de su gobierno […]
En Hungría, el banco central se independizó en 1991, pero en los últimos 15 años el gobierno ha intentado repetidamente influir en las decisiones de política monetaria […] Después de un cambio en la Constitución en 2011 que debilitó la independencia de su banco central, las calificadoras rebajaron la calificación de Hungría a bono chatarra, elevando los costos de endeudamiento y provocando la caída de su moneda […]
Los esfuerzos del gobierno para controlar el banco continuaron de todos modos […] el problema de inflación de Hungría […] contribuyó a una recesión en 2023 y a un crecimiento económico de solo el 0.6%
Turquía ha sido aún más extremo […] Con una inflación del 15% el presidente emitió en 2018 un decreto en el que confirmaba su autoridad para nombrar al gobernador del banco central, a los vicegobernadores y miembros del comité de política monetaria, así como para abolir requisitos de experiencia [¿le suena?]
Menos de un año después, despidió al gobernador del banco central (que había mantenido tasas altas para frenar la inflación) […] continuó despidiendo y reemplazando a gobernadores y vicegobernadores.
Las tasas bajas y su moneda débil impulsaron la inflación a un 85% en 2022 obligando a un ciclo de aumentos de tasas […] los pocos beneficiarios de la lira devaluada son los turistas”.
Ojalá que en México no tenga la ocurrencia de entrar en esa dinámica y qué mal que ahora recurramos a la esperanza porque no hay estado de derecho.
Ps 1. Patético que a una ciudadana se le impongan penas denigrantes por criticar a (identidad reservada) pero no es nada raro viniendo de regímenes autoritarios. Ojalá que (identidad reservada) y su tribunal secuaz no sigan con azotes.