New York Times Syndicate

España busca levantar su economía con talento emprendedor foráneo

España aprobó una ley hace dos años, aún poco conocida, que otorga visas de trabajo a emprendedores en un lugar donde hay costos menores, menos competidores y mucho talento. El gobierno local está dando prestamos desde los 25 mil euros a los 1.5 millones de euros para los negocios que se establezcan en el país.

Nueva York.- El año pasado, después de más de una década en Silicon Valley, Stacia Carr ayudó a vender la compañía que estaba dirigiendo y se lanzó en busca de un cambio de ritmo. "El Área de la Bahía está supersaturada", dijo. "Es muy cara, es hipercompetitiva".

Después de que un amigo la contactó con Íñigo Amoribieta, un ex director ejecutivo de GrouponSpain, Carr y Amoribieta empezaron a hablar de crear juntos una empresa de videos en línea que estaría basada en Madrid, el lugar de nacimiento de él.

Carr, una californiana de 42 años de edad que ha viajado extensamente por Europa, soñaba desde hace tiempo con vivir y trabajar ahí. Pero como fundadora de una compañía incipiente y como ciudadana estadounidense, suponía que sería "casi imposible" obtener un permiso de trabajo en un momento en que muchas economías europeas estaban pasando apuros para recuperarse de la crisis financiera.

Luego se enteró de una ley que el gobierno de España aprobó en septiembre de 2013 para ayudar a las empresas nacionales y atraer talento e inversión extranjeros. Incluía una categoría de visa para emprendedores extranjeros, solicitándoles tener poco más que un plan de negocios aprobado por el gobierno, seguro de salud y suficiente dinero para mantenerse mientras vivieran en España.

"Pensé que la visa de emprendedurismo era exactamente lo que yo necesitaba", dijo Carr.

La ley entró en vigor tan pronto como fue aprobada, pero cuando Carr contactó a consulados españoles en Estados Unidos, no pudo encontrar a personas que supieran que existía y tampoco cómo funcionaba.

Convencida de que eventualmente se filtraría la información, se mudó a Madrid desde San Francisco a fines de noviembre de 2013 sin solicitar la visa para emprendedores, consciente de que España permite a los ciudadanos estadounidenses permanecer hasta por tres meses como turistas.

A principios de este año, ella y Amboribieta, de 37 años de edad, registraron su empresa, Vidnex, mientras trabajaban desde una incubadora de negocios en el barrio Salamanca de la ciudad.

Vidnex ofrece una herramienta en línea que permite a los instructores de acondicionamiento físico impartir clases de manera remota, transmitiendo video en vivo a sus estudiantes. Las clases son interactivas, no pregrabadas, por lo que el estudiante y el instructor pueden verse y hablarse en tiempo real. Los estudiantes no pueden ver a sus compañeros de clase.

Establecer el negocio en España, dijo Carr, fue más desafiante y requirió más documentación formal de lo que ella había esperado. Y obtener la residencia presentó desafíos. Como una de las primeras solicitantes en tratar de usar la nueva visa para emprendedores de la ley, encontró a los empelados de gobierno poco preparados para responder sus preguntas. Fue más difícil porque no hablaba español, pero Amoribieta le ayudó a navegar por la burocracia preparando el papeleo y programando citas.

Sin embargo, se las ingenió para obtener la aprobación par su permiso de residencia como emprendedor de dos años y renovable en marzo, aproximadamente un mes después de que presentara su solicitud según las nuevas reglas.

Carr reconoció que España, un país donde el desempleo alcanzó un nivel récord de alrededor de 27 por ciento el año pasado, podría parecer un lugar poco probable para iniciar un negocio. Pero cuando se le compara con imanes de empresas incipientes en Europa como Londres y Berlín, las ciudades españolas como Madrid y Barcelona tienen costos menores y menos competidores; y aún tienen suficiente talento para empezar, dijo.

Vidnex está albergada en una incubadora llamada Área 31, operada por la Escuela de Negocios IE. La incubadora apuntaló sus esfuerzos; los fundadores de otras empresas incipientes les ayudaron a encontrar un diseñador por contrato y becarios. Conectar con los emprendedores de Madrid "fue como encontrar mi tribu a un millón de kilómetros de casa", dijo Carr.

La nueva ley, conocida como la Ley de Emprendedores, es el esfuerzo más reciente de España para ayudar a las empresas nacionales y hacer al país más atractivo para las personas ricas y talentosas de fuera de la Unión Europea que quieran iniciar negocios, invertir o trabajar en el país.

Promovida por el gobierno como reformas que ayudarían a crear empleos en una época de alto desempleo, la legislación creó cinco categorías de visas, que cubren a inversionistas que compren propiedades de al menos 500,000 euros (unos 625,000 dólares); emprendedores que planeen establecer empresas; profesionales altamente calificados; investigadores, científicos y maestros; y empleados y becarios. Una vez aprobados, a los receptores se les permite moverse libremente por la mayoría de los países de la UE.

Las decisiones de visa se prometen en un plazo de 10 días laborales, y las decisiones de permiso de residencia en 20. El procesamiento se combina para las parejas casadas y sus hijos.

"Realmente es una vía rápida", dijo Ana Garicano, socia del despacho legal Sagardoy en Madrid cuyos clientes han usado la ley para obtener la residencia. "El gobierno está cumpliendo sus propias fechas límite".
Y no hay límites al número de extranjeros que pueden aprovechar cada categoría.

La política va más lejos que las leyes en algunos otros países en que ofrece residencia rápida a diferentes tipos de inmigrantes, no solo a los ricos, dijeron Josep Herrero y José Manuel Novo, abogados en Roca Junyent en Barcelona, un despacho que guía a los emprendedores e inversionistas extranjeros a través del proceso.

"La ley española es mucho más tentadora y mucho más simple que la ley de Inglaterra, la ley de Canadá y la ley de Francia", dijo Novo. "Por ejemplo, los emprendedores no necesitan demostrar una inversión mínima en su negocio".

Según Herrero y Novo, España tomó prestadas las mejores ideas de otros países con políticas de inmigración destinadas a atraer talento e inversión; como Canadá, Gran Bretaña y Chile.

Hasta ahora, aun cuando la ley ha estado en vigor por más de un año, se ha otorgado la residencia a menos de 100 emprendedores extranjeros a través de ella. Algunos críticos han cuestionado su impacto y si sus medidas van lo suficientemente lejos.

También existe la posibilidad de que su atractivo pudiera reducirse por la legislación de reforma fiscal que fue aprobada recientemente en el Parlamento y está programada para entrar en vigor el 1º de enero después de que la firme el rey Felipe VI.

La legislación crea un impuesto de salida único sobre ganancias de capital no realizadas que aplicará a ciertos emprendedores e inversionistas con residencia fiscal en España que se vayan y soliciten residencia en otra parte.

"Es una verdadera contradicción con la Ley de Emprendedores", dijo Mariano Gomariz, un socio fiscal en el despacho legal ECIJA en Barcelona. "Desalentará la inversión".

Pero el impuesto de salida aplicará a los emprendedores solo si se quedan 10 años y luego solicitan residencia fiscal en un país diferente.

En total, unos 3,800 extranjeros, incluidos inversionistas, profesionales y sus familiares, han recibido la residencia vía las nuevas reglas de inmigración, según el Ministerio de Economía, y se han invertido más de 280 millones de euros, principalmente en bienes raíces. Unos 265 millones de dólares adicionales han sido prometidos para proyectos de negocios.

Jaime García-Legaz, el secretario de estado para le economía de España, dijo que las reformas de inmigración estaban funcionando como se pretendía y que él esperaba que el número de inversionistas y emprendedores aumentara gradualmente, "como lo ha hecho en otros países que introdujeron reglas similares".

En Estados Unidos, la noticia de la oferta de España para los emprendedores aún no se propaga. Juan Martínez-Barea, un emprendedor de biotecnología español que también promueve la Singularity University, una institución enfocada en la tecnología en Silicon Valley, entre círculos tecnológicos en España, dijo que pocos dentro de su red estaban familiarizados con la intención de su país de atraer talento y capital.

Un beneficio que el gobierno español debería destacar, dijo Martínez-Barea, es su programa de créditos no asegurados, que tiene unos 100 millones de euros, o 125 millones de dólares, para prestar a pequeñas y medianas empresas innovadoras anualmente. Los préstamos, que van de los 25 mil euros a 1.5 millones de euros, están disponibles para todos los emprendedores, sin importar su nacionalidad, que tengan un negocio basado en España (excepto para aquellos que dirijan empresas inmobiliarias o financieras).

La compañía de financiamiento público que hace los préstamos, ENISA, no da seguimiento a la nacionalidad de los solicitantes, dijo Carmen Cuesta, una vocera, pero abundantes emprendedores nacidos en el extranjero los han recibido desde que ENISA fue creada en 1982.

Martínez-Barea atribuye el nacimiento de Universal Diagnostics, su propia empresa incipiente de biotecnología en Sevilla, en parte a los 200,000 euros que recibió de ENISA. Dice que está convencido de que si más emprendedores extranjeros supieran de los préstamos del gobierno, encontrarían a España más tentadora: "Mis amigos en Singularity University dicen: 'Vaya, quiero eso'".

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