New York Times Syndicate

36 horas en Bolonia

La rudimentaria y desaliñada ciudad de Bolonia tranquilamente podría llevársela fácil montándose en su historia, o incluso exclusivamente en su historia culinaria. 

Casa de una de las universidades más viejas del mundo, este lugar del norte de Italia ha aportado decenas de recetas y comidas clásicas al repertorio de la cocina italiana, incluyendo los tortellini, el tagliatelle y la mortadela, así como el ragú boloñés. Como capital de la región de Emilia-Romagna, es uno de los mejores lugares para probar los quesos, jamones macerados y vinagres.

Viernes 4 p.m.
Gadgets de museo

Póngase al día con la vida de fondo de la ciudad en el Museo de Historia de Bolonia. Situadas dentro de un palazzo histórico, las exposiciones de alta tecnología incluyen una película en 3D que subraya la era etrusca de la urbe, así como recorridos en realidad virtual por antiguos canales. Pese a los muchos gadgets modernos, el masivo edificio (erigido en 1344) ofrece una verdadera sensación del pasado. Después, camine una o dos cuadras bajo los adorados pórticos de la ciudad hasta llegar a la elevada Torre Asinelli, una de las Due Torri (Dos Torres), que desde hace mucho han simbolizado a Bolonia.

Desafortunadamente, en este caso no hay ninguna tecnología moderna que pueda ayudarlo: debe subir usted mismo los 498 desvencijados escalones para llegar a la plataforma superior. Puede estar seguro que vale la pena el esfuerzo por el panorama sobre todos los techos antiguos.

9 p.m.
Recorrido de birra

Famosamente idiosincráticos, los cerveceros italianos han estado acaparando titulares globales durante los últimos años. Continúe su degustación de las pintas del país en el diminuto pub cervecero Birra Cerqua, que produce sus propias cervezas ale justo detrás de la barra. Del otro lado de la ciudad, varios atractivos nuevos han abierto en el vecindario de moda que rodea Via Del Pratello. Empiece en Beer for Bunnies, tienda de botellas inaugurada hace un año que cuenta con un par de cervezas de barril que van alternando y una vibra como punk.

Ahí cerca, la nueva cafetería-bar Il Punto sirve cinco cervezas de barril de pequeños productores como Birrificio Argo y bocadillos inusuales para acompañarlas, incluyendo un queso de cerveza de Parma y una versión del tigella, pan plano clásico de Bolonia elaborado con los cereales que quedan tras la fermentación. Termine en un clásico: La Tana del Luppolo, un bar de barrio ubicado en una tranquila plaza alineada por árboles que ha estado sirviendo cervezas artesanales desde antes de que existieran muchas de las cervecerías artesanales italianas actuales.







Sábado 10 a.m.
El Valle Motor

Emilia-Romagna es más conocida como productora de excelente comida, pero los amantes de los autos han bautizado como "Valle Motor" a la región que rodea a Bolonia, que tiene un número de manufactureras de automóviles de lujo, y muchas reciben visitantes. El Museo Enzo Ferrari abrió en 2012 en el vecino pueblo de Modena, exhibiendo un puñado de autos clásicos en medio de un rimbombante espectáculo multimedia que compara a Enzo Ferrari con Luciano Pavarotti, otro héroe local. Desde aquí, autobuses de transporte llevan a los visitantes frente a la casa de Pavarotti hasta el igualmente desmedido Museo Ferrari, en el pueblo fabril de Maranello.

Mucho más moderado es el excelente Museo Ferruccio Lamborghini, que en 2013 se mudó a un nuevo edificio más grande en el vecino pueblo Funo di Argelato, justo al norte de Bolonia. Con un poco de suerte, su guía turístico será el encantador Fabio Lamborghini, sobrino del famoso industrialista, quien le contará historias familiares íntimas sobre la abultada colección de autos, tractores, botes de carreras y hasta el prototipo de un helicóptero Lamborghini.

Medio día. Mercado nuevo
Mientras todo mundo espera la apertura en Bolonia del Mundo Eataly, un desparramado complejo de restaurantes, tiendas de abarrotes, laboratorios de comida y salones de clase de cocina, la reinauguración en abril de 2014 del edificio tipo establo del Mercato di Mezzo trajo un nuevo destino para los amantes de la comida al corazón del distrito tradicional de mercados de la ciudad, el Quadrilatero.

Aunque mucha gente va al lugar a comprar sofisticados abarrotes, el Mercato di Mezzo también es un excelente sitio para ir a almorzar: subiendo las escaleras, una pequeña pizzería Eataly prepara en horno a leña rebanadas finas elaboradas con harina orgánica, mientras que la media docena de puestos de la planta baja ofrecen deliciosas comidas como tortelloni con taleggio y nuez, rebanadas de prosciutto y pescado fresco.

3 p.m.
Tinta local

Sume un bolígrafo de colección a su lista de recuerdos y regalos potenciales empezando con Omas, la marca propia de Bolonia. Fundada en 1928, la tienda de bolígrafos A. C. Vecchietti vende clásicos como la pluma fuente Omas, con punta de oro blanco y un motivo que muestra los hermosos pórticos de la ciudad, así como diseños modernos como el elegante y nuevo bolígrafo Cambiano, creado en 2014 por el estudio de diseño Pininfarina.

4 p.m.
Sabores concentrados

Si le gusta el helado, quizás se sienta tentado a visitar el nuevo Museo Gelato, que abrió justo en las afueras de Bolonia en 2012, pero una advertencia: las reservaciones son obligatorias para todas las visitas, y su remota ubicación no es de muy fácil acceso en transporte público. Una mejor alternativa: vaya a Stefino, el productor más querido de la ciudad, que en 2013 volvió a abrir las puertas en una nueva ubicación de Via San Vitale sirviendo gelato orgánico inusual con sabores altamente concentrados, como almendra fragante y decadente chocolate derretido. Para limpiarse el paladar, disfrute de una granita profundamente ácida de limón bajo el pórtico en el exterior y regrese después para probar más sabores, desde pistache hasta wasabi.

5 p.m
Tonos clásicos

Después de su gelato, compre ropa nueva (o de hecho vieja) entre los sombreados pórticos que están al oeste de la Piazza Maggiore. En la elegante tienda de ropa clásica Fratelli Broche, pruébese bolsos de mano Trussardi y lentes de sol de colección. Bajando por la misma cuadra y doblando en la esquina, La Leonarda tiene toneladas de corbatas e impermeables cool de la década de 1950, mientras que la vecina boutique Zenobialand vende hermosos vestidos clásicos y bolsas antiguas.

7:30 p.m.
Emprendimiento antitortellini

Bolonia quizás sea famosa como ciudad para los amantes de la comida, pero la llegada el otoño pasado de Red Brick trajo un foco culinario completamente nuevo: carne en toda su gloria, desde cortes T-bone hasta hamburguesas, servidas en una moderna atmósfera de bistró con ladrillos rojos aparentes y obras de arte estilo grafiti. Además de los excelentes filetes y hamburguesas, Red Brick prepara una carne tártara espectacular, así como un jugoso emparedado de pastrami con esencia de clavo, presentado en plato con rico jugo de carne, y suaves cubitos de carne Wagyu cocidos al fuego lento, acompañados de cebolla asada en cerveza negra. Pese a ser severamente castigado por detractores locales que lo consideran un restaurante heréticamente antitortellini, Red Brick se las ingenia para que sus recetas y técnicas extranjeras parezcan decididamente locales en Bolonia, ciudad amante de la comida, gracias a su excelente servicio, ingeniosas presentaciones y una bien seleccionada carta de vinos y cervezas italianas.

10 p.m.
Para los entusiastas de las películas

La capital cinematográfica italiana es la Cinecittà en Roma, pero una de las fuentes más importantes del país de filmación histórica es la Cineteca di Bologna, que restaura y archiva películas de todo el mundo, con programas especiales dedicados a Pier Paolo Pasolini y a Charlie Chaplin, y una biblioteca importante de cintas para estudiantes. Además de trabajo de restauración, la Cinoteca también muestra películas en varios cines durante el Cinema Ritrovato, su festival de películas repuestas e históricas.

Domingo 11 a.m.
Obras fotográficas

Visite la nueva y moderna Galería Mast, que ofrece entrada gratuita a todas sus exposiciones regulares, incluyendo muestras interactivas dedicadas al diseño y la tecnología. Inaugurado en 2013 en lo que solía ser una zona industrial descuidada al oeste del centro de la ciudad, el moderno edificio también alberga su propia bienal, dedicada a la fotografía industrial.

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