Nacional

Saludos por 40 minutos y un grito: ¡PRI unido es invencible!

Con estruendosa batucada del gigantesco contingente de seguidores mexiquenses, que colmó casi la mitad de las graderías colocadas en  la explanada de la sede nacional del PRI, Enrique Peña Nieto tomó la protesta a los 731 consejeros nacionales...

CIUDAD DE MÉXICO.- En busca de la unidad y la fuerza del partido, la estructura nacional priista se arremolinó y aglutinó con el presidente Enrique Peña Nieto.

Sin ausentes esta vez, con la presencia de los expresidentes del partido –incluido Manlio Fabio Beltrones–, su gabinete legal y ampliado, gobernadores, legisladores líderes de los sectores y representantes de sus 32 estructuras locales, el primer priista del país los llamó a construir ya el plan, el proyecto y el programa para ganar los comicios en 2017 en el Estado de México y a conservar la Presidencia en el 2018, y luego pensar en los nombres de candidatos para sucederlo en Los Pinos.

Con estruendosa batucada del gigantesco contingente de seguidores mexiquenses, que colmó casi la mitad de las graderías colocadas bajo la gran carpa que cubrió la explanada de la sede nacional del PRI, Enrique Peña Nieto tomó la protesta a los 731 consejeros nacionales del partido, y a quienes les pidió "alistar al ejército priista para ganar los comicios" que vienen.

Acarreados en decenas de autobuses, encaminados entre las calles cerradas al tránsito, controlados y separados entre vallas y por varias decenas de soldados del Estado Mayor Presidencial, los miles de priistas tuvieron que pasar ocho filtros de seguridad para acceder a su partido. A los periodistas les revisaron hasta los cuadernos y los hojearon.

Ya adentro, al ritmo del mariachi que entonó el Son de la Negra y los gritos de ¡C-N-C!,¡Edo-mex!,¡Somos-PRI!, y ¡Uni-dad! recibieron al Presidente.

Arropado entre cientos de chamarras y chalecos rojos, Peña se colocó la suya, que en segundos se quitó para correr, brincar, treparse y saltar desde lo alto de las graderías, saludar, abrazar, besar y tomarse selfies con la militancia del país.

"Esto me recuerda cuando vine a registrarme como candidato", confesó, después de cuarenta minutos de saludos.

Entre insistentes llamados a la unidad del primer mandatario y del presidente del partido, Enrique Ochoa, la consigna central presidencial retumbó al micrófono: "¡El PRI unido es invencible!" Fue para los asistentes el banderazo de salida para las batallas electorales que vienen en 2017 –Edomex, Nayarit, Coahuila y Veracruz– y a prepararse para el 2018.

Peña Nieto reconoció que hay "insatisfacción" en la gente que "rechaza la desigualdad", que quiere "soluciones inmediatas", que hay "desconfianza en las autoridades y en las instituciones", por lo que es necesario contar con "buenos gobiernos, íntegros y con resultados".

Entre aplausos de pie, porras y gritos de apoyo, lamentó que los actos de corrupción de los gobernadores del PRI lastiman al partido y a México, pero "no por unos se debe juzgar a todo el partido por igual".

Por eso les pidió "cerrar filas, trabajar por la unidad y demostrar de qué está hecho el partido".

Igual que como llegó, al final el Presidente se perdió otros cuarenta minutos entre los seguidores, en medio de la angustia de los elementos del Estado Mayor que no pudieron controlar la ola priista que lo cubrió.

También lee: