MORELIA.- Desde un día antes a la llegada del papa Francisco, había cientos de personas, no sólo frente a Catedral de Morelia, sino también en alrededores del Estado Venustiano Carranza.
Incluso, en las calles aledañas al estadio, algunas personas pagaron hasta 200 pesos por dormir en los garajes con 'cobija incluida'.
En medio de un fuerte dispositivo, que incluyó la presencia de elementos del Ejército y de la Policía Federa, uno a uno, los 22 mil asistentes al primer evento papal en la capital michoacana tuvieron que pasar por arcos detectores de metales.
El estadio se fue llenando poco a poco, incluso hubo quienes aprovecharon el fervor papal para darse 'una placeadita'.
Felipe Calderón, el expresidente, aprovechó para darse una vuelta por la pista de tartán y al grito de 'que suba, que suba', los frailes lo llevaron hasta lo alto de la tribuna. Una vez ahí, el coro inició: que regrese, que regrese.
Cinco minutos después, Margarita Zavala también dio la vuelta por el tartán, pero iba preguntando: ¿dónde está mi marido?. Una parte que cimbró al estadio fue el grupo musical integrado por sacerdotes quienes hicieron bailar hasta a los propios cardenales; sin embargo en una pausa musical dijeron que era lamentable la muerte de personas inocentes. Y se refirieron a los 43 de Ayotzinapa. Desde la tribuna, uno a uno, contaron a los 43.
El papa entró por el túnel principal, montado en los que México conocemos como el 'carrito de las desgracias', dio una vuelta completa a la pista y desde la gradas, y desde la cancha, 22 mil almas se volcaron en alabanzas.