Michoacán aún está ‘sacudido’ por el asesinato de Carlos Manzo ejecutado por un joven de 17 años reclutado por el CJNG, pero hubo otro homicidio antes que provocó indignación en el estado: El de Bernardo Bravo, líder limonero de Apatzingán.
¿Quién estuvo detrás de la ejecución del empresario? Las investigaciones de la Fiscalía de Michoacán apuntan a un par de primos dedicados al narcotráfico: Andrés Alejandro Sepúlveda Álvarez, ‘El Jando’, y César Alejandro Sepúlveda Arellano, ‘El Bótox’, líderes de Los Blancos de Troya.
Carlos Torres Piña, fiscal de Michoacán, detalló en entrevista con El Financiero que las pesquisas permitieron identificar a los capos como los autores intelectuales del homicidio; además de que ya se tiene identificados a los presuntos autores materiales del crimen.
-“Este caso ya está más perfilado, prácticamente tenemos ya identificada la estructura desde los autores materiales hasta los intelectuales”, dijo
–¿Son ‘El Jando’ y ‘El Bótox’?
–“Sí, exactamente, son los líderes de esta organización que se hace llamar Los Blancos de Troya”, agregó.
La línea de tiempo del asesinato de Bernardo Bravo
Según la línea de tiempo sobre sus últimas horas de vida, Bernardo Bravo salió de su domicilio en Morelia, Michoacán, a las 11:00 horas del domingo 19 de octubre.
El empresario abordó una camioneta blanca marca Volkswagen y se dirigió a Apatzingán, a donde acudió al tianguis de limón. Ahí estaban sus oficinas donde se reunió con algunos productores. La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán subrayó que el vehículo estaba blindado y fue acompañado por uno de tres escoltas que tenía asignados.
La Fiscalía de Michoacán agregó que Bernardo Bravo abandonó el tianguis limonero en una unidad distinta, su camioneta personal, una Toyota Pick Up gris, pero ya sin su escolta quien, por ordenes del empresario, regresó a Morelia en la camioneta Volkswagen.
Fue hasta el lunes 20 de octubre cuando el cuerpo sin vida de Bernardo Bravo fue hallado con evidencias de tortura y un impacto de arma de fuego calibre .38. Según las autoridades, el cadáver fue “plantado” en el asiento del conductor de su camioneta, que fue abandonada con el motor en marcha, a las afueras de Apatzingán.
¿Bernardo Bravo se reunió con líderes criminales el día de su muerte?
Como parte de las pesquisas, la Fiscalía de Michoacán indaga una presunta reunión que Bernardo Bravo habría tenido con capos de cárteles de la zona que lo habrían citado en la comunidad Cenobio Moreno.
El fiscal Carlos Torres declaró a El Financiero que los propios escoltas del empresario refirieron dicha reunión y explicaron que no era la primera vez que el empresario les daba el día y realizaba sus actividades sin seguridad.
Las investigaciones advierten que la camioneta del empresario limonero regresó por la noche a Apatzingán. El último registro que se tuvo de la unidad, gracias a cámaras de videovigilancia, fue a las 21:30 horas en la zona sur del municipio.
El peritaje de necropsia reveló que, al momento del hallazgo del cuerpo (8:15 horas del lunes 20 de octubre), habían transcurrido entre 11 y 12 horas de la muerte.
Durante el peritaje se detectó sangre de Bernardo Bravo en la parte trasera de la unidad, pero no se vieron signos de violencia ni casquillos percutidos, ni dentro ni fuera de la camioneta. Por ello, se presume que el cuerpo sin vida fue trasladado en la parte trasera de la unidad hasta el lugar del hallazgo y, una vez ahí, lo colocaron en el asiento del conductor.
Autoridades federales y locales buscan detener a los líderes del grupo criminal Los Blancos de Troya y se ofrece una recompensa de hasta 100 mil pesos aquí ayude en su captura y sentencia.







