Héctor Astudillo, exgobernador de Guerrero (2015-2021) por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), confirmó que forma parte de los políticos mexicanos a quienes Estados Unidos revocó la visa.
Señaló que fue notificado sobre la determinación de las autoridades estadounidenses hace más de dos meses y que, al intentar conocer las razones de la medida, no recibió respuesta.
“Me fue revocada la visa hace dos meses y medio. De acuerdo con un correo electrónico que llegó, me dicen que me fue revocada la visa (...) No he tenido información del porqué. He tratado de informarme las razones y no he tenido mayor información”, declaró en entrevista con Ciro Gómez Leyva.
Astudillo afirmó que, tras la filtración de la información, es blanco de una “guerra sucia”, pues lo señalan como “miembro de la delincuencia organizada”, acusación que rechazó categóricamente.
¿Quién es Héctor Astudillo, exgobernador de Guerrero?
El exgóber de Guerrero nació el 3 de julio de 1958 en Chilpancingo, Guerrero. Estudió la licenciatura en Derecho por la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México y cuenta con un diplomado en Derecho Laboral y Seguridad Social en el ITAM.
Astudillo inició su carrera política en 1985, cuando se convirtió en militantes del PRI. Entre los cargos que ocupó está el de regidor en el Ayuntamiento de Chilpancingo, funcionario de la Secretaría de Gobierno de Guerrero y secretario particular del gobernador José Francisco Ruiz Massieu.
Más tarde fue presidente municipal de Chilpancingo en dos ocasiones, su primer periodo fue de 1997 a 1999 y después de 2009 al 2012.
Incluso llegó a ser diputado local en Guerrero en tres ocasiones por representación proporcional, y fungió como senador de la República entre el 2000 y 2006, antes de llegar a ser gobernador de Guerrero.
Héctor Astudillo arrastra señalamientos por presuntos vínculos con el narco
El exgobernador de Guerrero enfrenta desde hace años señalamientos sobre supuestos nexos con el crimen organizado.
En 2017, durante su administración estatal, el obispo Salvador Rangel Mendoza acusó a Astudillo de mantener acuerdos “bajo la mesa” con grupos criminales que operaban en distintas regiones de la entidad.
Rangel Mendoza afirmó que el entonces gobernador conocía a los jefes del narcotráfico, sabía dónde operaban y sostuvo reuniones con ellos para alcanzar algún tipo de pacto.
“Por debajo de la mesa ya hay arreglos. El gobierno y las bandas delincuenciales ya se entienden, solo que públicamente no lo quieren decir. La violencia sigue porque no la quieren aplacar, porque esto del narcotráfico es un gran negocio a nivel nacional y ni modo que los de Guerrero sean almas puras”, citó la revista Proceso al obispo en 2017.
Astudillo negó las declaraciones de Rangel Mendoza, aunque evitó profundizar en el tema. Explicó que no buscaba confrontarlo públicamente y prefería resolver el asunto de manera privada.
“De ninguna manera acepto algunas cosas que señaló el obispo Salvador Rangel, pero creo que a lo mejor pueden ser magnificadas o tergiversadas”, respondió el exmandatario.
Entre los señalamientos adicionales contra Héctor Astudillo también existen cuestionamientos sobre presunto favorecimiento a empresas vinculadas con los hermanos Taja Ramírez, empresarios y funcionarios durante su sexenio.