Todos en un autobús de lujo, con maletas rodantes nuevas y la transmisión de su llegada en videos por redes sociales, la bancada del PRI amagó ayer con un pícnic en San Lázaro y permanecer desde anoche en la sede del Palacio Legislativo, para impedir la aprobación de la reforma eléctrica.
Ante la advertencia de que seguidores de Morena y sus aliados cerrarían los accesos desde temprana hora de la Cámara de Diputados, con el fin de no permitir el paso a la oposición, los priistas –encabezados por su dirigente nacional, Alejandro Moreno, y su coordinador parlamentario Rubén Moreira– anunciaron que pernoctarían en sus oficinas legislativas.
Al anuncio del partido tricolor se sumó el grupo parlamentario del PRD, cuya docena de legisladores se mostró también en redes al llegar a la sede legislativa con petates, colchonetas, cobijas y ropa abrigadora para pasar la noche en el inmueble.
Lo anterior, a pesar de que el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara baja, Rubén Moreira; el coordinador de la mayoría de Morena, Ignacio Mier, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez, de Morena, han aclarado que, a pesar de las manifestaciones de apoyo o en contra de la reforma eléctrica presidencial, el acceso de los legisladores este martes estaba garantizado.
Sin embargo, anoche, el diputado Ignacio Mier propuso a la Junta de Coordinación Política posponer para el próximo domingo la discusión y votación del dictamen, por lo que los legisladores se retiraron a sus casas y hoteles, aunque anunciaron que, de continuar “la amenaza”, volverán el sábado con sus maletas.
