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Oleoducto Keystone XL, primer choque entre el Capitolio y Obama

En diciembre, Barack Obama recalcó que defenderá “las ganancias que hemos logrado en cuanto al medio ambiente”, usando su poder de veto.

WASHINGTON, DC.- Los poderes Legislativo y Ejecutivo de Estados Unidos entraron en una nueva ruta de choque para los próximos dos años, pues apenas asumió la 114 Legislatura, bajo un control republicano que no se había visto desde 2007, la Casa Blanca advirtió que vetará su primera propuesta de ley, para autorizar el viernes la construcción del polémico oleoducto gigante Keystone XL entre las arenas bituminosas de Alberta, Canadá, y las refinerías en la costa texana del Golfo de México, bloqueado en 2012 por el gobierno federal debido a causas ambientales.

"Si esta iniciativa pasa el Congreso, el presidente no la firmará", adelantó Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, al señalar que no debe socavarse el proceso de revisión del Departamento de Estado o ignorar una demanda interpuesta contra la ruta que seguiría la obra ante la Suprema Corte de Nebraska. "Es prematuro evaluar el proyecto antes de que se haya determinado algo tan básico como la ruta del oleoducto", que en dicha entidad afectaría mantos acuíferos, expuso Earnest.

Los promotores de la iniciativa, los senadores Joe Manchin y John Hoeven, afirmaron que tienen los sufragios necesarios para derrotar un bloqueo de la minoría demócrata, pero no para vencer el veto del presidente Barack Obama (al menos 67 de cien). El viernes la Cámara Alta votaría la propuesta con el apoyo de los 54 republicanos que integran la mayoría y seis demócratas, por lo que "sobre una base bipartidista el Congreso está diciendo que la aprobamos", insistió Hoeven, quien aseguró que en caso de un veto se buscará añadir la iniciativa a un paquete energético más grande o proyectos presupuestarios que deban ser autorizados de inmediato.

Jack Gerrard, titular del Instituto Estadounidense del Petróleo, señaló en su discurso anual que Obama ha fallado en tomar una simple decisión que generaría empleo, pero pronosticó que el oleoducto de 5 mil 400 millones de dólares y mil 900 kilómetros de extensión será construido. Los republicanos preparan además medidas que anularían el recorte de emisiones de invernadero que Obama ha ordenado, lo que afectaría al acuerdo vinculante sobre cambio climático que Naciones Unidas impulsará durante una cumbre en París en diciembre. En otras áreas, buscarán debilitar la reforma del seguro médico que Obama logró en 2012 y su acción ejecutiva de noviembre para cesar las deportaciones de indocumentados en los próximos tres años.

En tanto, la Cámara de Representantes reeligió por segunda ocasión al republicano John Boehner como su líder (speaker), pese a la rebelión de último momento lanzada desde sus propias filas por la bancada ultraderechista del Tea Party, en lo que constituyó la votación más cerrada contra un titular de los diputados federales desde 1923.

LOS INCONFORMES

Boehner obtuvo 216 votos para superar a la demócrata Nancy Pelosi, lideresa de la minoría, que tuvo 164. Más de veinte republicanos inconformes se pronunciaron por otros candidatos; la fracción (caucus) de Boehner le ratificó su apoyo en noviembre, poco después del triunfo republicano en los comicios intermedios. No obstante, el Tea Party lo puso en la mira desde que Boehner decidió promover la iniciativa de presupuesto federal que evitó el cierre del gobierno en diciembre, pese a que no logró ninguna concesión de la Casa Blanca respecto en inmigración o la Ley de Atención Médica Asequible. El levantamiento fue encabezado por Louie Gohmert y Ted Yoho, quienes se propusieron para el cargo al argumentar que el líder ignoró al electorado que dio al "Gran Viejo Partido" el mando de ambas cámaras.
En el Senado asumió como jefe de la mayoría Mitch McConnell, quien dijo la víspera que Obama "tiene que escucharnos", aunque ayer reconoció que "no tenemos un gobierno cien por ciento conservador, por lo que no es posible hacer todo lo que nos gustaría".

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