RIAD.- Estados Unidos impedirá y confrontará las agresiones contra las monarquías del Golfo Pérsico, que siguen preocupadas porque Irán amenace su seguridad, dijo el presidente estadounidense Barack Obama tras reunirse con los líderes de esos países para aplacar las tensiones de una vieja alianza.
Obama, que arribó a la capital saudí este miércoles, espera calmar los temores de los países del Golfo Pérsico a la influencia iraní y convencerlos de contener las tensiones sectarias, en un esfuerzo para confrontar amenazas de yihadistas militantes como los de ISIS.
"Ratifiqué la política de Estados Unidos de usar todos los elementos de nuestro poder para asegurar nuestros principales intereses en la región del Golfo Pérsico e impedir y confrontar las agresiones externas contra nuestros aliados y socios", dijo en Riad tras participar en una cumbre del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (GCC).
El presidente agregó en su comunicado que todos los líderes están comprometidos con la lucha contra ISIS y en reducir la intensidad de los conflictos regionales, y se refirió a las preocupaciones de los países del Golfo Pérsico sobre Irán.
No se pueden negar las tensiones que han afectado las relaciones entre Washington y sus socios del Golfo Pérsico, pese a que han trabajado juntos en frentes comunes como las guerras en Siria, Irak y Yemen.
Años de frustración entre esos países, agravados por contratiempos recientes, podrían hacer que Arabia Saudita y sus aliados regionales sean menos receptivos a Obama durante su cuarto y muy probablemente último viaje al reino en calidad de presidente.
Oriente Medio está sumido en una lucha entre un bloque de países mayormente suníes, incluyendo a las monarquías conservadoras y pro occidentales del Golfo, y el Irán chií y sus aliados.
La mayoría de los estados del Golfo están muy decepcionados con la presidencia de Obama, durante la cual consideran que Estados Unidos se ha retirado de la región, dejando más espacio a Irán.